Una noche cargada de emoción y de sorpresas. La Voz ponía el broche de oro a su primera edición en Antena 3 con un magnífico programa al que acudieron numerosos artistas invitados, entre ellos Alejandro Sanz, que hacía su reaparición tras haber pasado los últimos días recuperándose de una fuerte neumonía. Javi Moya, Andres Martín, María Espinosa y Ángel Cortés regresaron al plató del programa con los nervios a flor de piel. Entre sus nombres se encontraba el favorito del público.
Han pasado exactamente tres meses desde que conociéramos por primera vez a estos grandes artistas en las audiciones a ciegas. Sus coaches han intentado guiarles por el mejor camino posible, ofreciéndoles sus mejores consejos y apoyándoles para que desarrollen una carrera musical de éxito fuera de las paredes del plató de televisión. Lamentablemente, a pesar del alto nivel de los cantantes, solo había hueco para uno de ellos. La opinión de la audiencia era 100% determinante. A diferencia de las anteriores etapas del concurso, los mentores no tuvieron poder de decisión. Ángel Cortés, el policía zaragozano y cantante de ópera (del equipo de Paulina) y Javi Moya, el artista flamenco (del equipo de Orozco) fueron los aspirantes menos votados por el público y tuvieron que despedirse del concurso.
María Espinosa (del equipo de Luis Fonsi) y Andrés Martín (del equipo de Pablo) continuarían unos minutos más enfrentándose en una ardua batalla de la que, como más tarde confesó la propia Eva González, el vencedor salió victorioso por muy pocos puntos. "Ha sido la final más reñida de la historia de La Voz", decía la ex Miss España segundos antes de dar a conocer el nombre del ganador que, entre otros premios, ha logrado un contrato con una importante discográfica: "El artista con mayor porcentaje de votos y, por tanto, la mejor voz de nuestro país es… ¡Andrés!".
A sus 22 años, el cantante madrileño ha pasado de ganarse la vida tocando en el metro a convertirse en una importante figura de la música nacional. "Quiero dedicar esto a las cuatro personas que tengo ahí", decía señalando a su familia, que se encontraba entre el público. A la gente que tengo en San Agustín viéndome, a los de mi pueblo de Extremadura, pero sobre todo a la música, que es la que me ha traído hasta aquí", añadía.
La última canción de Andrés Martín en el escenario de La Voz fue When a man loves a woman. Un desgarrador blues en el que se pudo apreciar el talento y el enorme potencial de este joven, capaz de cambiar de registro con una capacidad asombrosa en la que los rotos, graves y agudos se mezclan a la perfección.