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Todo lo que sea darle más emoción al certamen europeo es un acierto. Aún queda cerca de un mes y medio para el festival de Eurovisión y los países ponen a punto sus shows y actuaciones con la intención de hacerse con el podium. El momento de las votaciones siempre es uno de los más esperados pues las delegaciones se reúnen en la llamada green room para escuchar el veredicto y celebrar cada punto añadido. En esta edición, sin embargo, habrá algunos cambios en el sistema que prometen mantener la tensión hasta el final, que es cuando se suman en el ranking los puntos otorgados por el televoto.
Recordemos que en 2016, se instauró un sistema que separaba los votos del jurado profesional de los del público. Los primeros son los que da cada participante a través de un portavoz, que suele ser un rostro reconocido en algún ámbito cultural o social del país, mientras que los segundos se obtienen de las llamadas de los fans. En esta ocasión, los datos del televoto se irán otorgando teniendo en cuenta el orden del ranking que ha dejado el jurado. Así, el último clasificado será el primero en saber su puntuación, mientras que los favoritos no la conocerán hasta el final. ¡La expectación está servida!
En otras ediciones, la suma de estos votos ha provocado un auténtico vuelco en los resultados, elevando a los primeros puestos a países que inicialmente estaban abajo en la tabla y proclamando como ganadores a candidatos que no estaban los primeros. Esta nueva manera de puntuar se pondrá en marcha en la final del 18 de mayo, pero no en las semifinales previas (14 y 16 de mayo), en las que se seguirá el sistema anterior. Por el momento, se sabe de sobra que las cosas cambian con facilidad, los favoritos de las apuestas son países como Suiza, Holanda o Rusia. España ocupa más o menos la mitad de la tabla, así que habrá que ver si mantiene esta posición o va escalando posiciones a medida que se acerca el esperado espectáculo final.
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