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Quizás no te suenen de primeras, pero Bob Fosse y Gwen Verdon son los protagonistas de la nueva serie de HBO... y mucho más. Él fue un director visionario y "uno de los coreógrafos y directores más influyentes" del mundo del teatro y ella "la mejor bailarina de Broadway de todos los tiempos". Juntos, cambiaron la imagen del entretenimiento americano a un alto coste. Michelle Williams y Sam Rockwell se ponen en la piel de esta singular pareja sentimental y creativa basándose en la biografía del artista escrita por Sam Wasson y publicada en 2013. La ficción de ocho episodios se estrena el próximo 10 de abril, y ha sido producida por los ganadores del Emmy Thomas Kail, Lin-Manuel Miranda, Joel Fields y Steven Levenson.
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La trama sigue cinco décadas en la vida de ambos artistas con las coreografías originales del propio Bob Fosse, la serie explora los rincones ocultos del mundo del espectáculo, el precio de perseguir la excelencia y el sufrimiento infligido en nombre del arte. Solo el coreógrafo puede crear los innovadores musicales que permitan a la bailarina demostrar su grandeza. Solo ella puede ejecutar la visión única que hay en la cabeza de él.
Mientras Bob escala desde incipiente coreógrafo de Broadway a laureado autor de la gran pantalla y los escenarios, alimenta su obsesiva creatividad con drogas, alcohol y sexo, abusando a veces de su fama y su poder para saciar sus apetitos. Mientras tanto, Gwen pasa de ser una artista todoterreno, ganadora de cuatro premios Tony en seis años, a una actriz que lucha por seguir siendo necesaria en una industria obsesionada con la juventud, la novedad y la doble moral.
A pesar de todo, la bailarina desempeña un papel instrumental en el trabajo de su marido, no solo como la mejor intérprete de sus coreografías, sino como una colaboradora no reconocida en la mayoría de las ocasiones, incluso cuando su matrimonio se desmorona ante las tendencias cada vez más autodestructivas de Bob. Juntos crian a su hija Nicole (a la que interpretan Blake Baumgartner y Juliet Brett), que crece bajo la alargada sombra de las ilustradas carreras de sus padres, atrapada entre su desesperación por conseguir su aprobación y la determinación de construir una identidad propia.
Bob y Gwen se rodean de un grupo de compañeros artistas, amigos, colaboradores y rivales: el brillante dramaturgo y guionista Paddy Chayefsky (Norbert Leo Butz); la ex bailarina contemporánea convertida en ama de casa Joan Simon (Aya Cash); el esposo de Joan, el genio de la comedia y dramaturgo Neil Simon (Nate Corddry); y el legendario productor y director de teatro Hal Prince (Evan Handler). Al final, cuando el matrimonio de los protagonistas llega al punto de no retorno, Bob creará un vínculo con Ann Reinking (Margaret Qualley), una prometedora bailarina de Broadway que tiene el talento y la tenacidad que tenía su mujer. Ella espera seguir los pasos de Gwen, pero quizá no tenga el estómago para soportar todo lo que el corógrafo exige.
Esta propuesta puede recordar por la época y la temática a la primera temporada de Feud, que seguía el enfrentamiento durante décadas de las actrices de Joan Crawford y Bette Davis y el cómo la industria las enfrentaba irremediablemente. Ambientadas en los mismos años, ambas ficciones tocan también la discriminación en Hollywood y la exigencia de la industria con intérpretes de muy alta categoría que no dejarán a nadie indiferente. Por esto, todo indica que si la primera, estrenada en 2017, te gustó, esta podría gustarte también.
Michelle Williams ha estado cuatro veces nominada al premio Oscar y Sam Rockwell se llevó en 2017 la famosa estatuilla por Tres anuncios en las afueras, pero esta podría ser la ocasión de ambos intérpretes de llevarse los galardones de más éxito de la televisión: los Emmys.
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