La última discusión de Kiko Rivera e Irene Rosales… ¡por la salsa de tomate!

La pareja se encuentra cada vez más al límite, de modo que cualquier roce de la convivencia es capaz de desencadenar una 'tormenta' entre ellos

por Gtresonline

Parecían el tándem perfecto, pero las discusiones de Kiko Rivera e Irene Rosales son cada vez más frecuentes en GH Dúo. Si hace unos días la pareja vivía un tenso episodio por la angustia que el prolongado encierro en la casa de Guadalix de la Sierra ha provocado en el hijo de Isabel Pantoja, en esta ocasión el motivo de su malestar ha sido algo tan simple y absurdo como el tomate. Un claro síntoma de que la convivencia 24 horas al día les está pasando factura. Lo que comenzaba como una conversación cotidiana sobre la manera de preparar una receta de salsa se convertía en algo mucho más serio, hasta el punto de que el dj llegara a plantearse abandonar.

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El inicio de la disputa fue la confección del menú del día. La sevillana aseguró que la manera de cocinar el tomate de su marido no le gustaba, lo que lo que no fue en absoluto del agrado del artista, puesto que lo interpretó como una crítica personal a su manera de hacer las cosas. "No me gusta cómo lo haces tú, ni cómo lo hacen los demás", intentó justificarse la sevillana, aunque él ya estaba visiblemente enfadado. "¿No puedes admitir que te has equivocado?", la recriminó.

Instantes después, cuando la situación se hubo calmado un poco, fue el propio Kiko quien fue en busca de Irene, que se había refugiado, resentida, en el dormitorio. "No me voy a ir a la cama sin hablar contigo. ¿Tú entiendes lo que a mí me ha molestado?", comenzó en son de paz para intentar solucionar las cosas. "Parece que en vez de tu marido soy tu enemigo". Sin embargo, la joven parecía no estar dispuesta a dar su brazo a torcer y, a pesar de que acabó pidiéndole disculpas, estas no sonaban del todo convincentes, de modo que el interprete de Así soy yo optó por abandonar la habitación muy contrariado. Tan sonado fue el desencuentro que no pasó desapercibido para sus compañeros quienes, por su parte, no daban crédito que algo tan banal hubiera dado paso a un enfrentamiento tan tenso y prolongado.

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Tras salir del dormitorio, Kiko se sentó en el jardín para recapacitar, pero en esta ocasión, fue Irene quien salió a su encuentro. "¿Qué quieres con esa cara de niña buena?”", le dijo nada más verla. A continuación, ambos repararon en lo absurdo de su disputa y, sin poder contener la risa, se fundieron en un cariñoso beso de reconciliación.