Tiene la voz serena, de quien ha alcanzado el equilibrio en todas las facetas de su vida. David Civera vuelve con las ideas más claras, con más madurez y con las prioridades bien definidas. "Hay etapas en la vida", explica nada más comenzar la conversación, deseoso de poder contarle al mundo lo que tiene preparado en su regreso a los escenarios. No olvida sus raíces, su esencia y aquella ilusión que le llevó a participar en Lluvia de Estrellas. Tres pilares como bandera con los que está dispuesto a desnudarse "en cuerpo y alma, como no lo había hecho antes". Dicho y hecho.
En esta vuelta, ¿vamos al ver al David Civera más íntimo?
Este es, sin duda, el proyecto más personal que he hecho. Quiero que mi música sea mi desahogo, quiero llegar a mi público, al que tanto me ha dado, y devolverle aunque sea una pequeña parte de todo lo que me ha dado en estos años. Mi prioridad es ahora esa, darle las gracias a través de mi música con mensajes motivadores. Es una evolución, he buscado dentro de mí y he conectado con mi verdad, con la empatía. En el fondo es una motivación personal.
Es verdad que nunca te has ido del todo, pero ahora vuelves con más fuerza después de unos años en los que tus prioridades eran otras. ¿Qué te ha llevado a tomar esta decisión?
Exactamente eso. Las prioridades. La mía durante esos años era mi vida personal. Ahora mis hijos [tiene un niño de ocho años y una niña de seis] son más mayores y puedo pensar un poquito más en mí. Los niños requieren dedicación, aunque ahora un poquito menos. En estos momentos tengo un equilibrio en mi vida y disfruto mucho más de lo que hago como padre, persona y artista. Mis hijos van siendo más conscientes y hacen preguntas. Ellos han vivido la preparación de este proyecto.
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¿Qué les dijiste cuando te planteaste regresar a la música?
Les pregunté si se acordaban de las canciones tan bonitas que había compuesto tiempo atrás. Les expliqué que estaban en YouTube y que ahora me tocaba difundir y llevar ese mensaje de libertad. Lo entendieron, pero eso no significa que no echen de menos a su padre.
De aquel Dile que la quiero a Mundo diverso, tu nuevo tema, ha pasado mucho tiempo. ¿En qué has cambiado?
Creo que lo importante es ir acorde con tu madurez, reflexionar, vivir cada etapa y ser fiel. Y su puedes predicar con el ejemplo y ser tu mismo, mejor. Yo ahora quiero centrarme en compartir otro mensaje y quiero decir ‘aquí estoy yo como compositor’. Soy el mismo que fue a Eurovisión en 2001, pero con ilusiones renovadas. Ahora, por ejemplo, he fusionado mis orígenes españoles y latinos, la guitarra... con la tendencia más actual. Hay una producción electrónica pero mi público va a ver que mi esencia sigue ahí.
Hablando de Eurovisión, ¿qué opinas sobre la próxima canción que nos representará, La Venda?
Creo que supone un mensaje diferente que, aunque no sé cómo se recibirá en Europa, me gustaría que nos fuera muy, muy bien. La verdad es que le deseo lo mejor a Miki. Hay una cosa importante que hay que tener en cuenta y es que en esta ocasión tenemos una canción distinta que aporta frescura, originalidad y un mensaje claro.
No sé si muchos lo saben, pero yo me postulé por segunda vez a Eurovisión y lo hice porque creo en el festival. De hecho, la canción 'Mundo diverso' nació con esa misma motivación: las banderas, la tierra, el respeto... la verdad es que hubiera sido muy buen tema para el festival, pero yo conozco la industria musical y supe entender que ese no era el momento.
Dices que conoces la industria. ¿En algún momento sentiste que tenías que plegarte a sus presiones y dejar a un lado lo que tú sentías y querías hacer?
Tal cual. La industria musical a veces te arrastra y tienes que adaptarte, pero sigues siendo el mismo en esencia y eso el público lo premia. Sentía que necesitaba un respiro porque todo era muy vertiginoso. Me aparté de aquella vía, de aquel éxito. En 2007 me casé y me dediqué a mi familia, y eso es algo de lo que no me arrepiento. He sido muy feliz. Es la base de mi vida. Mis hijos han crecido conmigo. Ahora hablo desde la experiencia y me permito hacer lo que quiero. El público ha sabido esperarme y siempre me ha dicho que me echaba de menos. Yo creo que en parte es por haber hecho bien las cosas.
Has seguido publicando trabajos de manera esporádica, pero ¿qué has estado haciendo durante todo este tiempo?
Me dediqué tiempo a mí, a mi vida y a criar a mis hijos porque no quería perdérmelos. En realidad este disco se lo debo a ellos. Quiero que en un futuro se sientan orgullosos. Por eso mi vuelta es un regreso sin presión alguna, porque me he dedicado a otras empresas, aunque en realidad jamás me fui (risas). Ellos desde pequeñitos me han visto en directo y yo les he intentado normalizar mi trabajo en la medida de lo posible. Siempre les decía que lo que intentaba su padre era hacer feliz a la gente.
¿Y cuál es el sueño que te queda por cumplir ahora?
Mi meta y mi proyecto en estos momentos es el mismo: que el mensaje de ‘Mundo diverso’ sea una forma de vida para las nuevas generaciones, que nos infectemos del virus de la empatía, que aprendamos a convivir. Y que nunca dejemos de ser niños, que recuperemos nuestra esencia. Si en medio de todo esto puedo poner mi granito de arena y hacer reflexionar un poco, pues mejor que mejor.