El caso de Selma Blair es una historia que nos ha conmovido a todos. A la actriz le diagnosticaron esclerosis múltiple el pasado mes de agosto y solo le han hecho falta unos meses para asumir la enfermedad y darse cuenta que nada le va a restar sus ganas de vivir. Selma Blair apareció en la fiesta Vanity Fair posterior a la gala de los Oscar con un bastón en el que poder apoyarse y un flamante vestido vaporoso y multicolor de Ralph & Russo. Su aparición en la fiesta vino a demostrar que, lejos de lamentarse, afronta su enfermedad con una gran valentía. Selma dio una lección de superación personal digna de alabar y no podemos obviar su poderoso testimonio para el programa Good Morning America en su primera entrevista en televisión. Como consecuencia de la enfermedad, la actriz tiene disfonía espasmódica, lo que no le permite hablar con normalidad, aunque ella se muestra satisfecha y agradecida por ser capaz de todavía "mantener una conversación".
"Soy discapacitada. A veces me caigo. Se me caen las cosas. Mi memoria está borrosa. Y mi lado izquierdo me pide direcciones de un GPS que está roto”, señaló al anunciar el pasado mes de octubre que padecía esclerosis múltiple. “Pero lo estamos consiguiendo. Y me río y no sé qué haré exactamente, pero intentaré hacerlo lo mejor posible. Desde mi diagnóstico a las 10:30 de la noche del 16 de agosto, he contado con el amor y el apoyo de mis amigos".
Más que miedo, lo que verdarderamente sintió al recibir el diagnóstico fue un gran alivio. “Cuando me lo dijeron me puse a llorar. Pero no eran lágrimas de pánico, sino de saber por fin qué tenía que hacer para tratar un cuerpo del que había perdido el control totalmente”, señalaba Selma en su primera entrevista en televisión. La intérprete respiró al conocer su enfermedad después de meses sin saber lo que realmente le estaba ocurriendo.
“Por supuesto, ha habido momentos en los que pensaba que no iba a poder con esto y que no sabía cómo continuar viviendo con la enfermedad”, aseguró. “Recuerdo un día en el que después de dejar a mi hijo en el colegio, que está a menos de dos kilómetros de casa, tuve que sentarme en un banco y echarme una siesta porque estaba cansadísima y no podía andar. No entendía a qué se debía, por eso digo que cuando me diagnosticaron me puse a llorar, pero de alivio”.
El de Selma Blair no es un caso aislado. Similares a este ha habido otros casos en Hollywood como la historia ya conocida de Michael J. Fox, que padece Parkinson desde hace 30 años, a quién Selma Blair le pidió consejo para saber cómo seguir adelante en Hollywood con una enfermedad así de agresiva. A Michael J. Fox le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en 1991, cuando apenas tenía 29 años y estaba en la cima del éxito. Tras superar la depresión que le llevó a caer en el alcoholismo, logró encauzar nuevamente su carrera, gracias a su mujer, Tracy Pollan, que permaneció a su lado contra viento y marea y lograron formar una familia sumamente unida, con sus hijos Sam, de 29 años, sus mellizas Schuyler y Aquinnah de 23; y Esmé, de 16. Desde entonces no ha dejado de luchar para combatir sus síntomas y está al frente de su propia organización de lucha contra la dolencia. El actor ha hablado largo y tendido de cómo recibió el diagnóstico, lo mucho que le afectó y cómo ahora, a sus 57 años, nada le impide disfrutar de la vida.
Lady Gaga también tiene que hacer frente a un dolor que será de por vida. Después de varios meses volcada con el rodaje de de la película de Bradley Cooper Ha nacido una estrella, con la que ha ganado un Oscar a la mejor canción por Shallow, Lady Gaga confesó abiertamente del dolor crónico que sufre desde hace años debido a la fibromialgia que padece. La cantante se sinceró sobre cómo es su vida con dolores crónicos y cómo la sociedad reacciona ante este verdadero problema: “Me irrita mucho cuando la gente no cree que la fibromialgia es real. Para mí, y creo que para muchos otros, es un verdadero ciclón de ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, trauma y trastorno del pánico, y todo eso conduce a un descontrol del sistema nervioso,”, explicó. La cantante nunca se ha rendido, el colofón a una carrera llena de éxito ha sido el Oscar que ha logrado por Shallow. "Esto es un trabajo duro. He trabajado duro durante mucho tiempo y no se trata de ganar. De lo que se trata es de no rendirse. Si tienes un sueño, lucha por él", aseguró Lady Gaga en su poderoso discurso tras recibir la estatuilla dorada.
Selena Gómez también padece una enfermedad crónica. La cantante y actriz estadounidense tiene lupus, una enfermedad autoinmune que puede afectar a la piel, a las articulaciones, varios órganos y el cerebro. Selena lucha con esta enfermedad desde hace años, ha sido hospitalizada en varias ocasiones e incluso se ha sometido a un transplante de riñón. Desde que revelara en 2015 su dolencia, su lucha se ha convertido en pública y no ha dudado en compartir los altos y bajos de los últimos años. El 2018 ha sido un año especialmente complicado para la estadounidense. A la ruptura definitiva con Justin Bieber, quien se dio el 'sí, quiero' con Hailey Baldwin, Selena sufrió una 'crisis emocional' que provocó su ingreso en un psiquiátrico. Además, ha probado otros métodos como los paseos por el campo bajo el sol de California o la terapia con caballos, conocida también por hipoterapia o equinoterapia, que mejora el estado emocional, cognitivo y psicomotriz de los pacientes con trastornos psíquicos.
Han sido unos años muy complicados también para la actriz Sarah Hyland. La protagonista de Modern Family sufre displasia renal y hace más de un año tuvo que someterse a un segundo trasplante de riñón, debido a que el primer órgano, que recibió de su padre en 2012, comenzó a fallar en la primavera de 2017, y recibió el de su hermano menor. “Cuando una segunda persona de tu familia, alguien a quien se supone que tienes que cuidar, tu hermano pequeño, te da una nueva oportunidad en la vida, da miedo porque no quieres fallarle”, decía la actriz que incluso pensó en el suicidio antes de recibir el trasplante. Sarah contabiliza al menos 16 operaciones en 28 años, pero hoy en día mira al futuro con optimismo. “Tengo salud, estoy estable y muy agradecida a toda mi familia. El amor es lo más importante” asegura y recuerda cómo su participación en Modern Family fue crucial para hacer frente a su situación: "Mi trabajo es mi terapia. No estaría aquí si no fuera por él".
Jessie J sufre desde su infancia una enfermedad cardíaca llamada Wolff-Parkinson-White, pasó gran parte de su infancia en hospitales, e incluso sufrió un infarto durante su adolescencia. La condición crónica que sufre desde niña no ha impedido a la cantante perseguir sus sueños, una actitud positiva que quiere contagiar a todos sus seguidores. La intérprete de Price Tag no quiere mostrarse solo como un ejemplo de superación personal, sino que también espera que su proyección pública le sirva para promover precisamente la importancia de mantener una vida equilibrada y hábitos de vida saludables. Lamentablemente, Jessie J. también tiene problemas de infertilidad y la cantante lo hizo público durante uno de sus conciertos en Londres ante su actual pareja, el actor Channing Tatum.