El nuevo Máximo Huerta en su faceta más desconocida
Desde su breve cargo como Ministro, la vida del periodista valenciano ha dado un giro de 180 grados
"No es la primera vez que dibujo, lo hago desde que un pintor local me dejó pasar las tardes en su atelier. Desde entonces viajo con libretas y pinceles, observo y callo, dibujo y escribo", son las palabras con las que el periodista cierra su breve biografía en la galería donde ahora exponen sus obras. Máximo Huerta vuelve al trabajo renovado. Atrás quedó su breve cargo como Ministro de Cultura y Deporte. Ahora, Máxim se hace llamar Máximo, tal y como desveló a las cámaras de ¡HOLA!, y no solo escribe, también pinta. Papel y lápiz han sido sus antídotos para regresar con más confianza que nunca, narrando y mostrado su mundo a través de sus obras.
Pinturas sencillas pero significantes que encierran un encanto especial. Así son las obras de Máximo que la galería madrileña Échale Guindas muestra al público. Unas obras que transmiten paz, tranquilidad. Tazas de café, su querido París, tonos pastel... El presentador ha sabido transmitir a la perfección el mundo a través de sus ojos. Poca gente sabía de esta faceta suya tan desconocida como pintor, aunque ahora, muchos no le quitarán el ojo de encima. El nuevo Máximo Huerta ha regresado renovado, demostrando que estos últimos meses han supuesto una preciosa y necesaria catarsis en su vida.
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Con su paso por los premios Goya, el periodista y también escritor dejaba claro que había pasado página. Que aquello que tanto le dolió le había servido para mirar la vida desde otra perspectiva. Haciendo gala de un implecable sentido del humor, Máximo no dudo en bromear él mismo con la brevedad de su cargo en el Ejectutivo de Pedro Sánchez. Un humor del que ya hizo gala durante la presentación de su primer libro tras la polémica, París será toujours París. "Yo quería tener un libro así. Han pasado 47 años, soy lento para algunas cosas, para otras cosas habéis visto que soy muchísimo más rápido" reconocía el valenciano, desatando una espontánea carcajada entre los asistentes.
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Utilizar el arte como vía de escape ha dado como resultado una batería de obras de enorme pulcritud cuyo color predonminante es el amarillo. El claro ejemplo de que menos, a veces es más. No sabemos qué le inspira, aunque sin duda París y los agradable cafés que allí puedes tomar, son una referencia en las obras.
"La cultura somos nosotros, somos el traje que nos hemos puesto, la película que hemos visto, el libro que hemos leído, la música que nos ha acompañado en el taxi, el museo en el que hemos entrado y el aplauso en el campo de deportes al que hemos asistido. Todos somos consecuencias de un montón de acontecimientos culturales", algunas de sus palabras al recibir la cartera de Cultura son el claro ejemplo de que su vida tiene un poco más de sentido y es un poco más bonita gracias a todo lo que el arte le brinda.