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Carla Pereyra y Diego Pablo Simeone están disfrutando al máximo de la recta final del embarazo de la segunda hija de la pareja. Aunque la argentina muestra su impaciencia a través de sus redes sociales por conocer al nuevo miembro de la familia, lo cierto es que se encuentra en plena forma y aprovecha estas últimas semanas para hacer planes culturales con su ya prometido. En esta ocasión han decidido empaparse del arte de Vincent van Gogh en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que alberga una exposición multimedia sobre la obra del genio holandés.
“No hay nada más lleno de arte que amar a las personas”, escribió Carla junto a una serie de fotos en las que aparece en una de las salas interactivas de la exhibición posando la cabeza cariñosamente sobre la espalda de Simeone, de pie con uno de los cuadros más míticos del pintor al fondo y contemplando el espectáculo de luz y sonido de en el Círculo de Bellas Artes. Además, la modelo argentina se puso romántica al compartir también el siguiente mensaje de una de las pantallas de la exposición: “El amor es algo eterno: el aspecto puede cambiar pero no la esencia”. Todo un guiño al dulce momento que está viviendo la pareja, que además de esperar otra hija, contraerá matrimonio, tal y como desveló en exclusiva a la revista ¡HOLA!.
“Que Diego me pidiera matrimonio fue una sorpresa total, pero era un paso que nuestro propio camino nos marcaba”. La petición de su pareja tras cinco años de relación fue algo inolvidable y toda una sorpresa como ella misma explicó. “La pedida fue un momento muy íntimo y bonito y, como tal, me encanta que solo quede para nosotros”, señaló.
De momento está centrada en su próxima maternidad, otra niña que se unirá a su primogénita, Francesca, de dos años. “No tenemos planeado nada aún, y lo menos que tengo es prisa... Hoy, mi energía y toda mi ilusión están en la bebé”. Después de que la semana pasada, Carla compartiese en sus stories una cuenta atrás con los días y horas que quedan para conocer a la niña, esta vez ha vuelto a publicar una imagen de su tripita de ocho meses con las palabras “tic, tac” y el dibujo de una botella de champán sobre la fotografía. Desde luego, cada vez tiene más motivos de celebración y queda muy poco para descorchar realmente esa botella y brindar por tantas buenas noticias.
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