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Forman una de las parejas más queridas y mejor valoradas de la casa de Guadalix de la Sierra. Kiko Rivera e Irene Rosales se están convirtiendo en toda una revelación gracias a su saber estar, su sensatez y los grandes momentos que están protagonizando. Pero hasta los favoritos del concurso Gran Hermano Dúo también tienen sus momentos de decaimiento y de reflexión personal. Es justamente lo que le ha sucedido a la nuera de Isabel Pantoja, quien ha sufrido un bajón anímico después de acordarse de las dos hijas que tiene en común con el DJ, Ana y Carlota.
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Desde que entró en el concurso, Irene Rosales ha dado muestras de lo mucho que echa de menos a sus niñas, aunque hasta el momento no se había planteado abandonar el reality de convivencia. Tal ha sido el desconsuelo de la joven que su marido ha intentado por todos los medios animarla para que se replanteara su decisión. "Las niñas están con sus abuelas y con la familia, que es maravillosa. No quiero que te vengas abajo de esta manera. Por favor, fuerza. Estamos aquí y vamos a disfrutar, vamos a intentar llegar lo más lejos posible, pero no te pongas así porque como entres en esto... no", han sido las palabras del hijo de la tonadillera, que no ha querido que su mujer perdiera en ningún momento la perspectiva del objetivo que les había llevado hasta allí.
Uno de sus compañeros de concurso, Antonio Tejado, sobrino de María del Monte, también ha querido consolar a Irene Rosales, que con un pañuelo en la mano se desahogaba sentada en una butaca del cuarto de baño. "Abandonar es una tontería", le ha dicho, a fin de que descartara la idea de rendirse y continuara con su participación en Gran Hermano Dúo. Con todo, parece que el bache de la mujer de Kiko Rivera ha sido solo eso y que poco a poco se va recomponiendo de este difícil trance, sin duda el momento más duro de los que ha pasado hasta ahora Irene dentro de la casa.
En la última semana el matrimonio ha sido protagonista en varias ocasiones. Una de las que más impacto causó fue cuando el DJ confesó su adicción a ciertas sustancias. "En un determinado momento de mi vida, y de donde viene gran parte de mi depresión, tuve adicción a las drogas. Lo pasé muy mal. Tenía unas compañías muy malas. Todos los bajones que tuve en mi vida pensaba que se iban a solucionar con eso. Gracias a mi mujer, a mi madre y a mis amigos de verdad he conseguido salir de ese mundo. Quiero decirle a la gente que se puede salir y que eso es muy malo, solo da problemas", desveló hace unos días visiblemente emocionado. "Todo el mundo me decía que por qué no lo dejaba. Primero porque yo lo amo con locura y segundo porque, aunque yo lo dejara, iba a seguir ayudándole a que saliera de ahí", fue la respuesta de Irene.
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Otro de los momentos que han convertido a Kiko e Irene en protagonistas de la casa tenía lugar dos días antes. Las tareas domésticas fueron el motivo que propiciaron rencillas y diferencia de opiniones en el seno de la pareja. El DJ propuso que cada uno se lavara sus platos, algo que no compartía su mujer, quien era partidaria de que cada uno fregara los platos de todos cada día. Los habitantes de la casa rompieron en aplausos y gritos de 'Irene presidenta', mientras ella bromeaba con su marido y le mandaba "a fregar". Un gesto que no sentó nada bien al hijo de Isabel Pantoja. "Lo que no puedes es atacarme y luego reírte de mí. ¿Eso es bonito? Te estás riendo de mí y estás dando caña a quien no tienes que darle. Todos los demás son contrincantes, pero tu y yo no. Eso nunca", fueron sus palabras. Minutos después, el matrimonio aclaró el malentendido y las aguas volvieron a su cauce.
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