Kiko Rivera sorprendía a España entera la noche del martes al revelar en riguroso directo su adicción a determinadas sustancias. El hijo de Isabel Pantoja y su mujer estrenaban la 'curva de la vida' en Límite 48 horas. Un nuevo apartado dentro del concurso en el que los participantes repasan sus respectivas vidas. Así, ambos se abrían en canal y confesaban a la audiencia de GH Dúo lo difíciles que habían sido los últimos años. Tras las duras declaraciones, Kiko e Irene se reunieron con el resto de concursantes de la casa de Guadalix de la Sierra, donde el artista volvió a sincerarse y explicó abiertamente y en un tono más distendido y relajado cómo fue su proceso de superación. La noticia cayó como un jarró de agua fría a sus compañeros, que no esperaban para nada que el hijo de Isabel Pantoja hubiese sido capaz de hacer público un tema tan delicado. Sin embargo, y a pesar de las caras de asombro que pusieron algunos de sus compañeros en un primer momento, todos se acabaron volcando con él, haciendo terapia en grupo.
"Acabo de contar la verdadera causa de mi depresión, que era superar mi adicción a las drogas. Y me he quedado super a gusto…", decía Kiko poco después de realizar en directo su confesión más dura. La noticia sorprendió enormemente a los compañeros del Dj, que no daban crédito ante lo que acababa de revelar. Ylenia rápidamente se levantó a dar un abrazo al artista, premiando su valentía y fortaleza: "Lo has conseguido, te quiero mucho, tío". Fede, Alejandro Albalá, Carolina Sobe y Yoli también hicieron lo propio e hicieron un círculo a su alrededor para que Kiko continuase desahogándose y explicando los motivos que le habían llevado a hacer público su problema de salud.
"He salido gracias a mi mujer y a mi familia, pero me ha costado… Me he liberado. No sabéis la fatiga que he pasado… Tratamiento, psicólogos, psiquiatras, acompañado siempre a todos lados… es una enfermedad que no se va nunca", volvía a contar. "He llorado, he gritado, he tenido muy mal humor. Y todo fue gracias a aquella mujer", decía señalando a Irene Rosales. "Lo intentó muchísimas veces y yo no le hacía ni caso. Y ya, como última opción, acudió a mi madre, y yo tuve que sentarme delante de ella y decirle que estaba enfermo", les explicaba recordando su momento más difícil en la vida.
Sin realizar demasiados comentarios, el resto de concursantes escuchaba atentamente, dejando así que el hijo de Isabel Pantoja pudiera contar su realidad. "Me ponía como el 'Kiko'", decía para restarle tensión al asunto. "De ahí viene el refrán", bromeaba antes de revelar algunos detalles que no confesó a Jorge Javier.
"Si alguien me llevaba la contraria, me ponía como un loco. Pero claro, ahora entiendo por qué. Tenía un demonio dentro que necesitaba su alimento y yo se lo daba. Y cuando no lo tenía saltaba. Buscaba discusiones con Irene para ir a pegármela. Gracias a eso, ha cambiado mi vida". "Antes no quería que esto saliera, que se hiciera público. No quería que nadie lo supiera, pero me he quitado 20 kilos de encima", terminaba ante la atenta mirada de su esposa, que observaba con orgullo, a unos metros de distancia, cómo Kiko se desahogaba con sus compañeros.
La andaluza respondía que, a pesar de haberlo pasado muy mal, necesitaba continuar con él por lo mucho que le ama. "No podía dejarle. Y aunque lo hubiese hecho, no habría podido irme sin ayudarle a salir de eso. No podía tirar la toalla. Conocí a su hijo y no quería que su padre estuviera así. Luego me quedé embarazada, dos veces, y por mis hijas, juré que iba a conseguirlo. Volvería a pasar por aquel momento una y mil veces solo por verle como está ahora", explicaba. "Se puede salir de esto, te va a costar la vida. Pero se sale", añadía el Dj.
"Yo no quería contar nada de esto, pero bueno, ha salido", repetía el artista mientras sentía el calor de sus compañeros. "Cuando salían noticias diciendo 'Kiko no va a trabajar'… era porque estaba como estaba", añadía. "Creo que también necesitabas comentar esto. Para ti es una liberación. Ya lo has soltado", le decía Antonio Tejado. "Vaya noche", concluía Kiko emocionado antes de irse a dormir, mientras recibía un beso y un cálido abrazo de Fede, que no se despegó de él en ningún momento.