A finales de 2016 comenzó el infierno para James Middleton. Un hombre con una vida privilegiada y que contaba con el cariño de los suyos, tal y como él mismo confiesa en un sincero artículo para el Daily Mail, que, sin embargo, dejó de sentir. “No es una sensación, sino la ausencia de sensaciones”, explicó el hermano de la duquesa de Cambridge que define la depresión como “el cáncer de la mente”. Precisamente, en línea con el trabajo que hacen su hermana y su cuñado, el príncipe William para tratar de eliminar el estigma social que rodea a las enfermedades mentales, James aboga por hablar de ello y buscar ayuda profesional. “Tengo que reconocer el papel que han jugado mis perros en mi recuperación”, confesó y, por ello, ahora junto con su perra Ella es voluntario en una organización que utiliza a las mascotas como terapia.
Sus cinco perros son los auténticos protagonistas de su cuenta de Instagram, además de otros muchos animales con los que comparte todo tipo de fotografías en plena naturaleza. Tras un año sumido en una profunda depresión, se fue con ellos al Distrito de los Lagos en Reino Unido sin decírselo a nadie. Durante esos días de soledad y retiro en la naturaleza se dio cuenta de que “necesitaba ayuda desesperadamente” y reconocerlo le trajo algo de calma. “Sabía que si aceptaba la ayuda había esperanza. Fue como un destello de luz en la oscuridad”, afirmó.
Gracias a la ayuda profesional, el cuñado del príncipe Harry comenzó a encontrar respuestas. “La depresión es solo una pequeña parte del complejo rompecabezas que soy yo”, aseguró James, que ya sabía que padecía dislexia severa desde que era niño, pero a este diagnóstico se sumó otro de transtorno de déficit de atención, cuyos síntomas, señaló, explicaría muchos de los rasgos de su carácter, como la impulsividad, impaciencia o empezar cosas y no acabarlas.
Lejos venirse abajo, este diagnóstico fue “una revelación” para el pequeño de los Middleton, ya que le ofrecía razones a muchas de las dificultades que sufría en su día a día, pero también “era un regalo” ya que influía en una mayor creatividad e intensidad emocional, lo que se traducía en un montón de ideas originales e ingeniosas. Además, con la medicación adecuada puede controlar los síntomas y ha conseguido “poner orden” en su vida.
Sobre las razones que le han llevado a abrirse en canal de esta manera y exponer sin tapujos el año más difícil de su vida, James ha explicado que siente que las terapias y a la ayuda médica funcionan y que gracias a ello su vida tiene ahora “un propósito”. Además, es lo que su hermana y su cuñado promueven a través de la fundación sobre salud mental Heads Together. “Creen que solo podremos luchar contra el estigma asociado a las enfermedades mentales si tenemos la valentía de cambiar el discurso para eliminar las asociaciones negativas”, explicó en el Daily Mail.
A finales de 2017 James Middleton retomó el rumbo de su vida y ahora se dedica a ayudar a otros a superar el mismo bache, siempre con la ayuda de su perra Ella, que tiene la categoría oficial de “mascota para terapia”. Además de los animales, ahora también cuenta con el apoyo incondicional de Alizee Thevenet, una financiera de origen francés que trabaja en Londres, con la que ha encontrado de nuevo el amor después de que en diciembre de 2017 finalizase su relación con Donna Air. El hermano de la duquesa de Cambridge ha comenzado este año con muy buen pie según revelan unas fotografías en las que se le ve muy cariñoso con su pareja durante unas vacaciones familiares en la isla de San Bartolomé.