Michael Robinson se enfrenta en el 2019 al partido más duro de su vida. El exjugador del Osasuna y popular comentarista deportivo anunciaba hace escasas semanas que padecía cáncer. Una noticia que generó una gran convulsión en la opinión pública. No obstante, lejos de venirse abajo y pocos días después del impactante anuncio, Michael reaparecía en Espejo Público, el programa de Susana Griso, para conceder una de sus entrevistas más complicadas en medio del huracán mediático. Así, el presentador relataba en el popular espacio cómo ha vivido esta difícil situación desde que le fuera detectada la enfermedad.
Al parecer, el primer diagnóstico que recibió, en un centro privado, dio pocas esperanzas a Michael, ya que le aseguraron que "solo podrían controlarlo con un tratamiento que costaba alrededor de 14.000 euros al mes". Un oscuro horizonte que no desanimó al colaborador y tampoco a su mujer, como el propio Michael le contaba a Griso: "Mi mujer se acordó del doctor que conocieron por medio de Severiano Ballesteros y buscamos una segunda opinión".
El doctor Emiliano Calvo, jefe de Oncología del Hospital Universitario Sanchinarro, ofrecía un halo de luz que ha animado a Robinson a no cejar en la lucha contra la enfermedad: "Tras ver los resultados me aseguró que tenía un 37% de posibilidades de curarme". Una afirmación que ha cambiado el color de la "pesadilla" que ha asegurado vivir. Haciendo gala de su gran humor, Michael contaba a los espectadores de Antena3 lo bien que se siente tras comenzar el tratamiento de inmunoterapia: "En pocos momentos de mi vida me he encontrado tan bien. Creo que debo ser el único enfermo de cáncer del mundo que está engordando. Me encuentro fenomenal".
Como no podía ser de otro modo, esta delicada experiencia también está tocando a Robinson en el terreno emocional: "Me está sirviendo para aprender mucho de mí. Pensaba que me conocía lo suficiente, pero resulta que no". Un aprendizaje que no ha estado exento de momentos difíciles para el exjugador, sobre todo a nivel familiar: "No tengo miedo a la muerte, lo que sí me produce una gran tristeza es tener que despedirme de mi mujer o de mi familia, antes de que se termine el partido o antes de que me haya cansado de vivir".
Unas duras palabras que van de la mano con el sentimiento de gratitud que Robinson está experimentando en este trance: "Si por un momento me faltara la fuerza, la gente me ha dado tanto cariño que no puedo evitarme sentirme agradecido. Hay mensajes que me han hecho llorar por la emoción que me han transmitido". Una emoción que Michael ha querido compartir con todos sus admiradores, gracias a este impagable testimonio de superación personal.