Sara Carbonero y su familia acostumbran a pasar las navidades en familia, ya sea en su pueblo o en el de Iker Casillas. En esta ocasión, se han trasladado a la localidad toledana de Corral de Almaguer, de donde es natural la presentadora, con sus dos hijos, Martín y Lucas. Como suele suceder, las vacaciones han pasado volando y Sara ha aprovechado para hacer una sabia reflexión llena de melancolía sobre lo afortunada que es de tener un pueblo al que regresar siempre y sobre el paso el paso del tiempo. Sara ha vivido en su pueblo su infancia, su juventud y ahora vuelve con su familia convertida en una mujer trabajadora y mamá incansable.
“Todo lo bueno pasa muy rápido, una caricia, una canción, un atardecer, unas vacaciones de Navidad que llevas un año esperando...Afortunada por tener siempre un sitio al que volver en estas fechas donde sentirme niña otra vez.”, ha escrito Sara con nostalgia de su pueblo en cuyas calles tanto ella como sus amigos han crecido y sobre todo han cambiado como recuerda en su texto: “Aunque ya no lo sea del todo y hayamos cambiado las fiestas hasta altas horas de la madrugada, los brindis interminables y los modelitos de lentejuelas por los madrugones para colocar juguetes, el dalsy, el apiretal, los espectáculos infantiles y los castillos hinchables. Son Navidades diferentes, de aprendizaje las llamo yo. Lo más importante es que las tradiciones, la ilusión y la emoción siguen intactas. Mi Navidad huele a leña, suena a villancicos en la plaza, sabe a patatas asadas en una hoguera y va de compartir todo el tiempo posible con todas las personas a las que quiero”. Por último, la periodista ha reflexionado sobre la melancolía que producen estas fechas, “ninguna Navidad es igual a la anterior, hablar de estas fechas es hablar de melancolía. Es en esos momentos cuando debemos darnos cuenta de que hay recuerdos, sensaciones, instantes y personas que son eternas y que siempre formarán parte de nosotros ayudándonos a que nunca muera el niño que todos llevamos dentro”.
La presentadora ha acompañado esta reflexión de varias imágenes de ella posando en el campo manchego. Además, en su Instagram Stories ha publicado algunos de los momentos más entrañables que recuerda en el texto, como las hogueras, el sonido de la música en la plaza o la iglesia decorada por Navidad. Todo un homenaje al pueblo que la vio nacer.
Desde que Iker Casillas abandonase el Real Madrid para fichar por el FC Porto, la familia vive en la ciudad portuguesa, donde se encuentra plenamente integrada, aunque siempre que pueden viajan a España a visitar a los suyos, especialmente en estas fechas tan señaladas. Sara Carbonero, por su parte, ha aprovechado el traslado a Oporto para hacer un alto en su carrera profesional para dedicarse por completo a su familia y no descarta volver a ser madre. "Me gustaría tener el tercero, no sé si ahora o cuando venga", confesó. "Lucas es muy chiquitín, así que no me daría pereza, además Martín ya es más independiente y me dejaría tiempo para un bebé", explicó.