No es una estrella internacional, ni un fenómeno de masas en las redes sociales, sin embargo, Karlos Arguiñano ha conseguido enamorar a los componentes de El Hormiguero 2.0 durante su intervención en el programa de Pablo Motos. El conocido chef acudía a presentar su último libro Mil recetas de oro con el que Karlos aseguró que "la gente va a ser más feliz". Un perfecto regalo para estas fiestas en el que, el cocinero, desentraña su gran máxima en la vida con su millar de recetas: "Comer bien no es comer ni mucho ni caro, es comer variado. Tienes recetas para 5 o 6 años sin parar".
Como no podía ser de otro modo, el agudo sentido del humor de Arguiñano dio la vuelta al principal reclamo del programa ya que, en vez de ir a 'divertirse al hormiguero', fue Pablo Motos el que no paró de reírse con las ocurrencias del televisivo chef.
El vasco comenzó por todo lo alto poniéndose varias originales caretas, en un claro guiño a su propio programa donde Karlos siempre aparece con algún elemento de atrezo con el fin de conferir un extra de diversión a la elaboración diaria de sus platos. Pero no quedó ahí, ya que el propio Pablo Motos se convertía en la marioneta improvisada del chef haciendo las delicias del público y la audiencia. En la entrevista, repleta de anécdotas, uno de los momentos más destacados fue cuando las populares hormigas Trancas y Barrancas consiguieron desvelar los grandes secretos del afamado cocinero, como por ejemplo la confesión de que un empleado llegó a robarle dinero.
Sin embargo, la historia más reveladora y hasta ahora inédita que ha vivido Karlos Arguiñano tuvo unos protagonistas muy especiales, los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. El chef contó a Pablo como, hace 35 años, dieron una cena al rey Juan Carlos en el restaurante Akelarre de Pedro Subijana y el monarca, mirando al calzado de Arguiñano, le hizo una de las confesiones que se convertía, instantáneamente, en la principal anécdota del día: "Hombre, unos zuecos como los de mi señora".
Otro de los grandes instantes del espacio se produjo cuando sus guionistas recordaron a Karlos uno de los galardones más curiosos que había recibido durante su dilatada carrera. En el año 1993, además de ganar un TP de oro, Arguiñano fue nombrado el hombre más sexy de la televisión. Un recuerdo que consiguió sacar los colores al chef: "No me quiero ni ver... ¿El hombre más sexy de la tele? Yo creo que me dieron el premio por el delantal".
Una participación que ponía el cierre al año de El Hormiguero 3.0 y que dio un excelente dato al programa ya que, la presencia del chef consiguió situar al espacio de Pablo Motos en el número uno de los programas más vistos del día en la cadena de Atresmedia.