Después de que el pasado mayo tuviera la valentía de confesar que sufrió una profunda depresión poco antes de convertirse en el héroe nacional del Mundial de Sudáfrica, Andrés Iniesta ha vuelto a abrir su corazón para hablar de uno de los temas que, en la actualidad, siguen considerándose como un auténtico tabú. En esta ocasión el exjugador del F.C. Barcelona se sinceraba ante Jordi Évole, que dedicaba íntegra la última edición de su programa Sálvados a conocer cómo era su nueva vida en Japón tras su fichaje por el Vissel Kobe. Todo un ejemplo dentro y fuera del terreno de juego, el de Fuentealbilla relató con total normalidad cómo fue aquel periodo y cómo no sintió ninguna vergüenza al exteriorizarlo y compartirlo con todos sus admiradores, ejerciendo como un modelo a seguir también en el aspecto personal.
A pesar de estar viviendo una apasionante aventura junto a su familia en el país nipón, no pudo evitar recordar los malos momentos por los que pasó hace años cuando, sin motivo aparente, "se hundió en el pozo". Al finalizar la temporada 2008-2009, después de ganar el triplete con su equipo (Liga, Copa del Rey y Champions), el deportista comenzó a sentir que algo no funcionaba bien en su interior. "Te empiezas a encontrar mal. Es algo raro, no sabes catalogarlo. Y ahí empiezas un proceso interior, de pensar. Te encuentras mal y no sabes por qué. Te hacen pruebas y todo está bien, pero tú no te encuentras bien. Y ya entras en un bucle en el que te vas encontrado muy vacío", relataba al periodista.
Pero, además, a todo este proceso se sumó meses antes la muerte de su amigo y compañero Dani Jarque, jun episodio que provocó un profundo dolor en el deportista. "Llegué un momento en el que dije o hacemos algo o yo no sé qué va a pasar". De esa manera fue cómo Andrés se animó a pedir ayuda profesional: “Necesito algo porque si no, no salgo”. Sin duda, una situación límite que le llevo a vivir muy malos momentos. "Deseaba que llegara la noche para tomarme una pastilla y descansar", aseguró.
"¿A las personas qué nos mueve? La ilusión, los sentimientos, las ganas… pero en una situación así no tienes nada, no sientes las cosas, no sientes lo que tienes alrededor". Afortunadamente, supo hacer frente a la situación, pero confesó que en instantes así se es capaz de "cometer una locura". No obstante, ante la pregunta de Évole, descartó que en su caso hubiera pensado en algo tan extremo como el suicidio, puntualizando que en esos instantes “no eres tú y en cuestión de segundos puedes tomar esas decisiones”.