El futbolista del FC Barcelona Gerard Piqué vive un momento delicado después de que el magistrado del Juzgado de instrucción 27 de Barcelona lo haya declarado culpable de un delito contra la seguridad del tráfico. El deportista, en un juicio rápido en el que ha admitido los hechos que se le imputaban, ha aceptado el pago de una multa de 48.000 euros por circular con el saldo de puntos agotado en el carnet de conducir. Según informa Europa Press, la sentencia dicta que conducía “pese a tener conocimiento de que no podía hacerlo, por pérdida de vigencia del carnet de conducir por haber agotado el saldo total de puntos”.
Fue el 31 de agosto en torno a las dos de la tarde cuando los agentes detuvieron el coche del jugador y, tras pedirle la documentación, comprobaron que circulaba sin puntos porque la Dirección General de Tráfico se los retiró por infracciones previas al volante. Ante esa situación, los agentes denunciaron al barcelonista, que según sentencias recientes del Tribunal Supremo ya no se considera una falta administrativa conducir sin puntos, sino un delito contra la seguridad vial que podría ser penado con multa, horas de servicio a la comunidad o penas de prisión de hasta seis meses.
Según la sentencia, la pérdida de vigencia del carnet se produjo el 13 de diciembre de 2017 y a partir del 14 de junio de 2018 podría haber solicitado un nuevo permiso tras realizar unos cursos de reeducación vial y superar unas pruebas. La Fiscalía solicitaba una multa de hasta 72.000 euros abonados en cuotas de 200 euros al mes, pero tras reconocer los hechos, el Juez decidió rebajar la pena a los 48.000 euros.
El marido de la cantante Shakira llegó este lunes al Juzgado en medio de una gran expectación mediática. A pesar del gran número de periodistas que se agolpaban a las puertas, Piqué rechazó realizar ninguna declaración a la prensa antes o después de su comparecencia en la sala, a la que accedió con su abogado y duró tan solo 15 minutos.
El exdefensa de la selección española ya fue condenado en marzo de 2015 a una multa de 10.500 euros por increpar de forma airada, despectiva y agresiva a dos agentes de la Guardia Urbana que habían multado a su hermano por dejar su coche mal estacionado. En la sentencia por aquel caso, la titular del juzgado de instrucción número 5 de Barcelona recriminó al blaugrana su “actitud despectiva y de agresividad verbal y gestual” hacia los agentes que se disponían a multar a su hermano la madrugada del 13 de octubre de 2014.