El hijo mayor de Christopher Reeve revela los malos momentos que atravesó su padre tras el accidente

Tenía 15 años cuando su padre, famoso por su papel de Superman, se quedó tetrapléjico tras un accidente a caballo

Por hola.com

Hace 14 años que falleció Christopher Reeve tras sufrir una reacción adversa a un antibiótico, pero su figura sigue presente. No solo la figura del que, para muchos, fue el mejor Superman de la historia, sino también la de un hombre que luchó hasta el último momento por recuperarse de la tetraplejía que había recluido al Hombre de Acero a una silla de ruedas a causa de un accidente hípico. Es precisamente eso lo que hubiera hecho que, ahora, el actor se llevara una inmensa alegría al saber que uno de sus programas de recaudación para la investigación ha conseguido que un hombre vuelva a andar gracias a un implante de estimulación epidural.

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Matthew Reeve, el hijo mayor del actor que protagonizó hasta cuatro películas Superman, ha hablado con un periódico local sueco (vive en Estocolmo con su pareja y su hija de dos años) para expresar su emoción por los avances. "Creo que solo es cuestión de años antes de terapias innovadoras y basadas en tecnología como la estimulación epidural se conviertan en la práctica habitual para recuperarse de dolencias de la columna vertebral... y pacientes como mi padre podrán caminar de nuevo", revelaba.

Tenía 15 años y vivía en Londres con su madre y su hermana pequeña cuando recibieron una llamada de Dana, la mujer de Christopher Reeve, anunciándoles el accidente. "Sabíamos que su vida estaba en juego, así que viajamos hasta allí inmediatamente", recuerda Matthew, cineasta que tiene ahora tiene 38 años. "Su dolencia era una de las más difíciles, en las primeras vértebras del cuello. Era tetrapléjico, necesitaba respiración asistida y cuidado durante las 24 horas del día", añade.

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A través de ejercicio, consiguió recuperar un poco de movimiento en los primeros cinco años tras el accidente. Podía mover el dedo índice, el brazo un poco y, sobre todo, sentía el tacto. En una ocasión movió un poco la pierna durante una sesión de piscina, explica el hijo del desaparecido actor. Pero no todo eran buenas noticias porque tuvo varias complicaciones que amenazaron su vida: "Un medicamento le hizo entrar en shock anafiláctico. Estuvo tres o cuatro veces clínicamente muerto". Además, tenía ataques de disreflexia autónoma (cuando el sistema nervioso se vuelve excesivamente activo y se dispara la presión sanguínea).

No todo fue fácil para Chritopher Reeve, que pasó de ser un héroe con capa a un hombre en silla de ruedas. "Tuvo una breve depresión al principio, lo llevó mal porque era un hombre muy activo", recuerda su hijo Matthew. "Decidió hacerse a la idea de lo que había pasado y le puso cara a un campo de investigación y a una comunidad que no tenían presencia pública. Hizo saber las dificultades diarias a las que se enfrentaba", revela. "Si en algún momento se sentía triste conseguía sobreponerse lo antes posible".