Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada lleva un cuarto de siglo encabezando las listas nacionales e internacionales de los hombres mejor vestidos y despertando la admiración de editores, estilistas y expertos en moda. Durante gran parte de ese tiempo, el aristócrata, que en abril cumplió 55 años, ha trabajado en la industria del lujo entre bambalinas, manteniendo una distancia prudencial de los focos. Todo cambió en 2016, cuando decidió dar un paso al frente y crear junto a dos socios B Corner, su propia firma de sastrería artesanal y a medida “made in Spain”.
Dos años después, Marichalar comienza a recoger los frutos de su arriesgada aventura de lanzar una marca de trajes hechos a mano, algo a lo que él llama “slow tailoring”, en tiempos de la moda pronta y el low cost. Hace unos días, el aristócrata y uno de sus socios, Federico Zanolla, presentaron la nueva colección de B Corner en Ciudad de México con una gran acogida. El evento es el comienzo de la expansión mundial de la firma, y también de una nueva etapa en la trayectoria de Marichalar.
-El supermodelo Oriol Elcacho, nuevo y sorprendente 'socio' de Jaime de Marichalar
Antes, el exmarido de la infanta Elena solo posaba en contados eventos de las marcas de lujo a las que asesora con discreción férrea. Ahora, por primera vez, lo hace para un proyecto propio, quizá el más personal de su vida profesional. El jueves pasado, ofició de anfitrión junto a su socio de la fiesta de presentación del nuevo espacio de B Corner y de la colección otoño-invierno 2018/2019 en El Palacio de Hierro, los grandes almacenes de lujo que se alzan en el corazón del elegante barrio mexicano de Polanco. Palacio de Hierro, propiedad de la familia Baillères, es considerado “el templo de las compras” en Ciudad de México.
Ahora, los hombres mexicanos que admiran la elegancia de Marichalar pueden comprar sus trajes “hechos en España” y emular al noble, famoso al otro lado del Atlántico por su imagen y reputación de gentleman y árbitro del buen gusto. Entre los asistentes a la presentación de su marca se encontraban el famoso joyero mexicano Sergio Berger y representantes de la familia Casanueva, propietarios de uno de los mejores tequilas de ese país, además de compradores VIP, editores y estilistas de ese país. Muchos de ellos ya son clientes de la firma.
En solo dos años, la marca de Marichalar y sus socios se ha convertido en una de las preferidas de celebridades españolas como el tenista Feliciano López, el torero Enrique Ponce, el empresario y aristócrata Enrique Solís Tello, el actor Diego Martín o el supermodelo Oriol Elchacho, entre otros. De hecho, este último acaba de sumarse al proyecto ya no como modelo, sino como socio y embajador. En el mes de septiembre, Felipe de Marichalar, hijo del aristócrata, eligió un emosquin de B Corner para asistir a la puesta de largo de Cayetana Rivera, hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo. La foto del joven luciendo la sastrería de su padre copó infinidad de páginas de la prensa nacional.
El desembarco de B Corner en México es una prueba del éxito del ambicioso negocio de Marichalar: sastrería artesanal y a contracorriente de la moda rápida. Todas las prendas son confeccionadas en un taller de Madrid por una decena de sastres que toman medidas y realizan a mano las piezas de “bespoke”. Ese ese uno de los grandes reclamos de la marca para los clientes internacionales más exigentes: un traje de colección demanda 27 horas de trabajo manual, mientras que uno a medida necesita dos días. Eso sin contar las horas de corte y plancha.
Un año antes de lanzar cada colección, el aristócrata y sus socios, entre los que están Federico Zanolla y Goyo Fernández, viajan a Inglaterra e Italia para comprar las telas -trabajan con los mejores proveedores, incluidos Loro Piana y Drapers- y cuando regresan a Madrid se reúnen para decidir los diseños. Todos participan en el proceso creativo y nunca siguen las tendencias, solo su gusto personal: clásico y atemporal, una mezcla de sastrería británica y española.
La llegada de Jaime de Marichalar a América ha coincidido en el tiempo con el once aniversario de su separación de la infanta Elena. Hoy, algunos medios de comunicación españoles han recordado la “efeméride”. Pero él se mantiene ajeno a esas informaciones. No mira al pasado, solo al futuro.