Isabel Pantoja se ha enterado a través de la televisión de la noticia. Su casa, Cantora, ha sufrido un robo. La información procede del anticuario al que el presunto ladrón habría intentado vender las posesiones sustraídas. Eran objetos de valor económico y sentimental, algunos de ellos incluso están personalizados con el nombre de Isabel grabado, y se encontraban en unas cajas de mudanza que había trasladado desde su residencia de Madrid. La tonadillera se encuentra muy afectada y sospecha que podría estar implicado alguien cercano a su entorno.
Según confesó el anticuario a la prensa, entre las posesiones robadas había mantelería, sábanas, candelabros, y una escultura de un elefante de plata. También había objetos más personales como trofeos de Paquirri y premios de la tonadillera. Ante la dudosa procedencia del material, el experto en antigüedades rechazó formalizar la transacción y el presunto ladrón intentó entonces vender el botín hasta a cuatro personas diferentes asegurando ser hermano de un trabajador de la Finca al que Isabel había pagado en especies sus servicios, una versión inverosímil para el anticuario.
El comerciante ha asegurado que no podría identificar con seguridad ni el coche ni la persona que intentó venderle cosas tan íntimas de la familia Pantoja, tan solo recuerda que se trataba de un hombre andaluz de baja estatura y con buen aspecto. Durante la conversación, no llegan a hablar de dinero, ya que para vender objetos que llevan grabados datos personales hace falta una autorización expresa del propietario, algo que el interesado evidentemente no portaba, por lo que el encuentro no duró demasiado tiempo.
No es la primera vez que en casa de la artista se producen extrañas sustracciones. Cuando por orden de un juez, debía devolverle a Carmen Ordoñez objetos personales de la herencia de Paquirri, la tonadillera alegó que se los habían robado durante un asalto a la finca, según declaró Francisco Rivera en una entrevista. De igual manera, su exempleada Dulce Delapiedra tampoco pudo recuperar sus objetos personales, por culpa de otro robo en Cantora. Sin duda un duro trance para Isabel Pantoja, que se enfrenta de nuevo a la sustracción de posesiones de gran valor, no solo económico, sino también sentimental.