Saltó a la fama en la serie de HBO Girls. En los primeros episodios, su personaje parecía irrelevante para la trama y, sobre todo, profundamente desagradable. Pero muchos consideraban que presentaba la nueva masculinidad, ya que la serie de Lena Dunham aseguraba hablar de los millenials y sus nuevas formas de vida. En una entrevista con Vulture, Adam Driver ha revelado que cuando se estrenó aquella ficción le preguntaban mucho por ese concepto de la hombría del siglo XXI, pero seis años después aún no sabe qué piensa al respecto.
Adam Driver tiene 34 años y un papel imprescindible en las versiones actuales de Star Wars, demostrando una vez más que pertenece a una nueva generación, aunque él no lo acepte tan fácilmente. Su carrera empezó en la prestigiosa escuela de arte de Nueva York Julliard. Allí se graduó en arte dramático en 2009 después de haber pasado dos años y medio en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y haberse visto obligado a dejarlo al romperse el esternón en un accidente. Su carrera militar le convertió en un extraño con sus compañeros de artes, pero trabajó en Broadway y pequeñas obras de teatro durante dos años hasta que tuvo su primer papel en una gran producción: J. Edgar, de 2011, con Clint Eastwood.
Sin embargo, su papel de Adam Sackler, novio de Hannah, en Girls fue quien le brindó el salto a la fama y desde ahí su ascenso meteórico no ha parado todavía. En 2014 se anunciaba que interpretaría al villano del episodio VII de la Guerra de las Galaxias (El despertar de la Fuerza) y su impecable interpretación le ganó el cariño del público. Eso a pesar de ser el antagonista de la historia. Después de Los últimos Jedi su papel se afianzó, pero ahora sabemos que el personaje va por un camino que fue el que convenció al actor para coger el papel, pese a lo mucho que odia la fama. "No quiero desvelar nada", dice durante la entrevista, pese al interés mundial de saber a qué se refiere.
Su manera de actuar y los papeles que escoge le han tildado de "intenso". Sin embargo, él no se considera tal cosa. "No soy un actor de método. Me gusta mantenerme centrado en el set de rodaje, pero no porque tenga un proceso que obligo a los demás a sufrir. A veces tienes que mantenerte más centrado entre las escenas porque lo que ocurre, como por ejemplo en Star Wars, es comedia pura. Los stormtroopers (tropas del Imperio) se chocan contra las paredes porque no ven nada a través de los casos", revela con sentido del humor.
Sobre si es sexy o no, para él no es importante. No participa de las redes sociales ni tiene interés en hacerlo, tampoco quiere controlar la imagen que proyecta y que tantos fans han etiquetado como atractiva. Él lleva casado con la actriz Joanne Tucker, a la que conoció en su etapa universitaria, desde 2013 y es lo poco de su vida privada que se conoce teniendo en cuenta que no tiene problema en posar con ella en las alfombras rojas y galas de premios.