Este miércoles, Madrid se vistió de gala para acoger el estreno mundial de El Médico, El Musical, en el céntrico Teatro Nuevo Apolo, ubicado en la plaza de Tirso de Molina. Una importante cita a la que no faltaron importantes celebridades como Natalia Verbeke. "Me apetece muchísimo ver la obra, me acaban de decir que hay 200 actores en escena, no sé cómo los van a meter ahí", bromeaba la argentina. "Me encantaría hacer un musical, pero no estoy lo suficientemente preparada. Cada uno tiene que ser consciente de sus limitaciones, yo no soy cantante… uno tiene que estar preparado para cantar y bailar a la vez y aguantar tantas horas sobre el escenario. Requiere una preparación que yo no tengo ahora mimo, tendría que esforzarme mucho", comentaba ilusionada a los medios la intérprete mientras aseguraba que la llegada del nuevo curso no podía haber empezado mejor para ella.
Por un lado, se encuentra inmersa en plena gira de la obra de teatro Espía a una mujer que se mata, adaptación del drama El Tío Vania del escritor y dramaturgo ruso Antón Chéjov. Pero por otro, Natalia se encuentra disfrutando al máximo de su maternidad. Hace poco más de un mes, la actriz bautizó a su hija Chiara, que nació en marzo del año pasado fruto de su relación con el también argentino Marcos Poggi, Ingeniero Industrial y jugador de Selección Española de Rugby.
La pareja decidió que su pequeña recibiera el Sagrado Sacramento en la Iglesia del Padre Ángel, sacerdote católico muy querido tanto dentro como fuera de la comunidad cristiana. Verbeke, que ya agradeció al reverendo a través de su cuenta de Instagram haber otorgado a su hija las aguas bautismales, volvió a dedicar unas preciosas palabras al presidente fundador de la ONG Mensajeros de la Paz: "El bautizo fue muy bonito. El padre Ángel es maravilloso. Es muy tierno, muy de verdad. Me emocioné mucho. Hay ciertos sacerdotes a los que yo admiro, y me emociona verlos predicar con su ejemplo y su dedicación".
Natalia confesó que su pequeña, se portó "superbién" durante la ceremonia. "Es una santa", dijo sobre la niña, que ya tiene un añito y medio. Sin embargo, de aquel emocionante día, la intérprete guarda con mucho más cariño un inesperado suceso que se produjo durante el bautismo y que quedará grabado para siempre en su memoria. "De repente, llegó una persona muy triste gritando al altar, y ellos le trataron con mucho cariño. Eso fue lo más bonito de aquel día. Me sorprendió lo respetuosos que son en la Iglesia de Mensajeros de la Paz".
En cuanto a compaginar su vida profesional y personal, Natalia confesó sentirse afortunada, ya que su trabajo le permite pasar bastante tiempo con la pequeña Chiara. Aun así, incluso cuando tiene que separarse de ella, procura que su niña esté cerca. "Hay que trabajar. Me organizo como todas las madres. Cuando tienes tiempo para disfrutarla, como afortunadamente tengo yo, no se hace tan terrible la separación. Este fin de semana, que voy a Zaragoza, me la llevaré, porque son tres días, pero si no, no". Y aunque su hija se haya convertido en la reina de la casa, la intérprete de Un buen novio aseguró que, de momento, no tiene intención de tener más hijos: "De momento sin ganas de repetir. Creo que hay que disfrutar de todo poco a poco".