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Desde que se metiera en la piel de Fátima en la exitosa serie de El Príncipe, Hiba Abouk se ha convertido en una de las actrices más populares de nuestro país y en uno de los rostros habituales en los 'photocalls'. Pese a intentar mantener en un discreto segundo plano todos los aspectos relacionados con su vida privada, la intérprete de origen tunecino se ha sentado en el sillón de Viva la vida, donde no ha dudado en abrir su corazón y confesar a Toñi Moreno algunos de los episodios más complicados de su historia personal. A pesar de haber conseguido triunfar, los inicios de Hiba no fueron sencillos. Tanto es así que, la actriz de El corazón del océano tuvo que abandonar su casa a escondidas con tan solo 18 años para poder cumplir su sueño.
"Estuve durante una semana empaquetando las cuatro cosas que tenía en cajas para que no faltara una maleta en casa y mi madre no sospechara nada, y las guardé en el cuartito de las bicis que había en mi edificio. Esa tarde me acerqué a un supermercado, donde tenía una amiga, para coger 'prestado' un carro. Por la noche metí las cajas en el carro de la compra. Me fui hasta una estación de taxi, metí las cuatro cajas en un taxi y me fui", explicó la intérprete a la conductora del programa de Telecinco. "Y todavía le debo el carro de la compra al supermercado", añadió Hiba Abouk, haciendo gala de su simpatía y sentido del humor. La actriz se mudó a un céntrico piso de Madrid, que compartía con una cubana, una italiana y una malagueña y donde permaneció dos años. Sin embargo, ha reconocido que fue una etapa muy complicada, en la que tuvo que compaginar estudios y trabajos con el fin de poder alcanzar su objetivo. "Fue brutal, iba a estudiar, luego a teatro y luego a trabajar. Ahora me acuerdo de eso…".
La actriz de El Príncipe, que actualmente reside en París, aprovechó su visita al programa para recordar a su gran amigo David Delfín, quien falleció en junio del año pasado tras no poder ganar la batalla al cáncer. Tan buena era la relación entre ambos que la actriz decidió realizarse un tatuaje con su característica tipología: "Me tenía que ir a grabar una película a la República Dominicana y se la enseñé justo antes de irme porque me daba miedo volver y que no estuviera". "Estaba muy malito en casa. Yo iba a verle y le contaba mis cosas. Él para mi significaba eso. Era puro amor. Hablábamos mucho del amor, el 90% de nuestras conversaciones eran de eso", confesaba Hiba Abouk, visiblemente emocionada tras recordar sus momentos con el diseñador.
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