Mientras el Palacio de Liria recobra, poco a poco, la normalidad, después de la gran boda del año, que unió a Fernando Fitz-James Stuart, Duque de Huéscar, y Sofía Palazuelo y que supuso una reunión histórica de la nobleza, personalidades de la política, la cultura, las finanzas y la sociedad, todos los invitados van volviendo a sus rutinas. Para la Casa de Alba, casar al que un día será el jefe del Ducado de una de las familias nobiliarias más importantes del país, ha sido un acontecimiento sin precedentes. Pero además de los títulos, ellos también casaban a un hijo, a un hermano y a un sobrino y como en todas las familias, han vivido el "sí, quiero", con mucha emoción. Una de las que más disfrutó de la boda de su sobrino fue Eugenia Martínez de Irujo que acudió radiante y muy guapa con su marido Narcís Rebollo y su hija, Cayetana Rivera.
La Duquesa de Montoro se mostró feliz durante la ceremonia y presumió de nueva sobrina dedicando un bonito mensaje a la que ya es la nueva Duquesa de Huéscar. “Bellezón de novia. Lo tiene todo. Guapa, elegante, estilosa, adorable, super sencilla y natural y muy divertida”, ha escrito en su perfil de las redes sociales junto a una foto en la que aparece junto a Sofía Palazuelo. Parece que la recién casada ha entrado por la puerta grande en la familia de su marido y ha conquistado a todos. Al poco de anunciarse el compromiso matrimonial de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía, Matilde Solís, madre del novio, se refirió a su nuera con unas palabras de gran cariño: “Sofía es un cielo” y “la veo fantástica” siendo en un futuro Duquesa de Alba.
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También en sus Stories, la hija pequeña de la recordada doña Cayetana ha querido publicar un retrato junto a la que se ha convertido en la novia del año. “Novia espectacular” “Gracias por el día de ayer”, ha escrito Eugenia junto a una imagen tomada el pasado sábado en los espectaculares jardines de Liria.
Tras la ceremonia religiosa y el banquete nupcial, que se sirvió en los exteriores del recinto y que fue elaborado por el catering Ciboulette, tocó el turno del baile. Los recién casados tomaron la pista de baile a ritmo de un romántico vals de Strauss, que dio paso a una divertida fiesta que estuvo amenizada por DJ que deleitó a los presentes con grandes éxitos de todos los tiempos y ritmos de los más modernos. Con un vestido rojo de Lorenzo Caprile, el mismo diseñador que confeccionó su traje para la puesta de largo de su hija Cayetana y un tocado de plumas de Mimoki, la Duquesa de Montoro bailó hasta altas horas de la madrugada con el resto de invitados entre los que se encontraba el estilista Josie y derrochó gestos de cariño con Narcís Rebollo, que acudía por primera vez a un evento de tal envergadura para la Casa de Alba.