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Kiko Rivera e Irene Rosales están de celebración. La pareja acaba de cumplir dos años desde que se convirtieran en marido y mujer el pasado 7 de octubre de 2016. Sin duda, una fecha muy especial para ellos y que la sevillana ha querido conmemorar a través de sus redes sociales con un precioso homenaje a su esposo. "Dos años... Dos niñas... Dos millones de veces que te diría sí, sí quiero... Te amo con locura @riverakiko", escribía recientemente en su cuenta de Instagram junto a varías imágenes del que, probablemente, fue uno de los días más felices de su vida.
Una efeméride muy especial que también el dj ha querido recordar compartiendo con sus miles de seguidores una bonita instantánea de su boda, a la que seguía una dedicatoria igual de romántica. "Si tuviera que volver a elegir, te elegiría siempre a ti. Gracias @irenerova24 por ser como eres y por hacerme el hombre más feliz del mundo. Por motivos de trabajo no puedo estar hoy contigo, pero siempre te llevo en mi corazón. Feliz aniversario mi amor", escribía lleno de ternura hacia la madre de sus dos hijas.
No obstante, y a pesar de que con el paso del tiempo que se sienten igual de enamorados, hay un motivo por el que su aniversario no ha podido ser tan perfecto como cabría esperar. La 'culpa' la tienen los miles de kilómetros que les separan, puesto que el hijo de Isabel Pantoja ha tenido que poner rumbo a Nueva York por motivos de trabajo, tal y como él mismo indica en su publicación.
Muy recuperado de la depresión que le fue diagnosticada meses atrás y que le ha mantenido apartado de manera temporal de los escenarios, parece que el musico ha retomado su carrera con más energía que nunca. Sin embargo, el hijo pequeño de Francisco Rivera 'Paquirri', no ha querido desvelar todavía el motivo concreto que le ha llevado a cruzar el charco. Lo que sí ha hecho ha sido mostrar a su casi medio millón de 'followers', alguna de sus paradas durante su particular aventura americana.
Después de una ajetreada vida amorosa, Kiko encontraba junto a Irene la estabilidad emocional. Tras varios años de noviazgo, sellaron su amor con una emotiva ceremonia celebrada en la Hacienda Los Parrales, muy próxima a Sevilla, en la que su madre ejercía como madrina. Lo cierto es que, en la actualidad, la pareja parece tan enamorada como el primer día, un sentimiento que no ha hecho otra cosa que crecer tras el nacimiento de sus dos niñas, Ana, que en diciembre cumplirá tres años, y Carlota, de apenas ocho meses.
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