Íñigo es el coco de mi grupo de amigos de la universidad. Es el típico que todos sabíamos que iba a ser el crack durante la carrera y después. Evidentemente, acertamos. No en vano, en primero ya era capaz de hackearnos los correos electrónicos y hacernos creer que estábamos expulsados de la universidad. Un día, hablando de series, me recomendó una. Sé lo que muchos estáis pensando, pero no, no era ninguna de esas series de policías del FBI rodeados de códigos informáticos dispuestos a salvar el mundo. Al contrario, era una serie que hablaba de amor. Evidentemente, viniendo de él tampoco era una serie de amor al uso, pero yo eso no lo sabía.
Y es que Íñigo además de ser el genio de la carrera, también es un crack en contar sus hazañas amorosas. Me dijo: "me encanta esta serie porque el protagonista se parece demasiado a mí". A pesar de escribir poesía, soy del comando "antiñoñismo" así que dejé su recomendación en el cajón de "algún día, si eso" de mi cabeza. Hasta el miércoles pasado, después del típico día que parece que alguien te ha puesto una cámara oculta para saber cómo reaccionas a que te pasen trescientas cosas en 10 horas. Llegué a casa y mi cabeza hizo "click", la busqué en Netflix y le di al play.
La serie se llama Love, y cuenta la historia de dos chicos que buscan el amor después de unas relaciones fallidas. Lo hacen, eso sí, como el resto de los mortales. Nada de señores montados en corceles ni nada de personas llevando el desayuno a la cama. El amor bajado a tierra, el de la vida real, ese amor que sí existe. No voy a decir nada más para no hacer spoiler, pero sí os voy a dejar una frase que dice la protagonista en el primer capítulo. Resume bastante bien de qué va la serie y, francamente, es cómo me acabó de conquistar a mí. ¿Por qué? Porque si Íñigo se ve reflejado en uno de sus personajes principales, yo me veo reflejada en ella, en la protagonista femenina.
"Hola, gente, perdón, pero voy hasta arriba de Diazepam y, bueno… Acabas de decir que si pedimos amor, el mundo nos lo va a dar pero es que he estado pidiéndolo sin parar y no he recibido una mierda. Ansiar, y esperar, y desear… Esperar el amor me ha jodido la vida. Tienes razón, Eric, soy un desastre, pero me niego a creer que todos con los que salí en el instituto, y que ya están casados y suben fotos a Facebook con sus hijos con sus diademitas, tienen la vida resuelta. Eso es una patraña, ¿verdad? Esa no puede ser la historia, no puede serlo".
Os dejo aquí el trailer.
Ojalá os guste tanto como a mí y espero, cómo no, vuestras opiniones y recomendaciones.