“Una historia de amor y dolor jamás contada”. Así se presenta el volumen firmado por Isabel Gemio, que se titula Mi hijo, mi maestro (La esfera de los libros). En este, la periodista abre su corazón y desnuda su vida para contar por primera vez la historia de su hijo Gustavo, que padece distrofia muscular de Duchenne. “Dos palabras cambiaron mi vida para siempre: distrofia muscular. Mi hijo tenía una enfermedad rara e incurable. Y mi fama, dinero o contactos no servían absolutamente para nada. Pero la vida seguía y debía esforzarme por vivirla de la mejor forma posible. Gustavo se lo merecía” cuenta Isabel en estas páginas, en las que se desgranan sus recuerdos y su lucha.
En el libro, hay un mensaje muy claro de fuerza y valentía, la que demuestra Gustavo cada día y que su madre, contagiada también de ella, admira profundamente. “Con el tiempo he sabido que mi hijo es mi maestro, el Buda que cada día me demuestra el significado del presente, la verdadera dimensión de las cosas que importan y del amor. Gustavo es mi héroe, el héroe más real y valiente que conozco”. Parte de los derechos de Mi hijo, mi maestro, están destinados a la Fundación Isabel Gemio para la investigación de distrofias musculares y otras enfermedades raras, tal y como informa la editorial. "Con este libro espero haber trasmitido como él se merece el carácter y la forma de ser de Gustavo, haciendo una fotografía lo más aproximada y justa de él. Porque lo he escrito como un homenaje en forma de palabras. Se lo ha ganado" cuenta Isabel.
Recuerda episodios de la infancia de sus hijos Gustavo y Diego, que confiaron en su madre para relatar estas vivencias, como explicó la periodista en declaraciones a XL Semanal. “Gustavo, cuando vio el tocho de folios, me dijo que no se lo iba a leer. Entonces empecé a leérselo yo, pero nos pusimos a llorar los dos. Me dijo que no siguiera, que confiaba en mí y prefería leerlo ya publicado”. Diego también ha leído algunas partes, como señala Isabel. “A él también le ha costado mucho porque se emocionaba, su papel en este proceso tampoco ha sido nada fácil”.
Se ha decidido a contar su historia por varias razones: la principal es dar visibilidad a las enfermedades raras y poco frecuentes, “que no tienen apenas espacio en los medios”; quiere reconocer además la entereza de su hijo y rendirle homenaje. “Se lo merece” apunta. “Tengo muchos altavoces y no voy a desperdiciarlos. He contado lo que he vivido y sentido desde que puse en marcha los papeles de la adopción, y todo eso él no lo sabe. Por lo tanto, creo que se va a emocionar y a descubrir una madre que no conoce”.
Al testimonio de Isabel Gemio se unen otras voces de madres con historias similares y de especialistas que ayudan a comprender una realidad, de por sí difícil, que es preciso combatir con fuerza y, sobre todo, con mucho amor. La publicación de Mi hijo, mi maestro también coincide con el décimo aniversario de la creación por parte de la autora de la Fundación que lleva su nombre y que se dedica a la investigación de distrofias musculares y otras enfermedades poco frecuentes. El libro, cuya presentación es el próximo día 9 de octubre, está ya a la venta.