'Magnolia', la película de Tom Cruise y Julianne Moore que aún es imprescindible 10 años después
Un filme cuyo tema principal es la incapacidad de escapar de ese pasado que ya forma parte de nuestra historia
Un día estaba tomándome una cerveza con una amiga. Ambas habíamos tenido un día complicado, una de esas jornadas en las que parece que eres parte de un experimento al más estilo El Show de Truman. Veíamos nuestras cervezas burbujear, como pidiendo un poco de atención en mitad de nuestra charla llena de quejas y lloriqueos hasta que, de un momento a otro y mirándonos con esa complicidad que sólo te dan las miradas que te han visto en tus peores, estallamos en carcajadas. Cuento esto porque mientras volvíamos a casa igual de cansadas pero un poco menos sedientas (que no es poco) pensé en aquello que se dice de "tres cosas tiene la vida: salud, dinero y amor". Tengo dos de las tres, no está nada mal. No diré cuál me falta pero sí de cual presumo sin que me puedan decir que es precisamente de lo que carezco, ustedes ya me entienden. Decía el otro día por Twitter que a mí la vida no me premió con cosas fáciles pero sí con la gente que me rodea, y es cierto. Por eso, cuando se me propuso la loca y fascinante idea de escribir estos artículos (y después de darle muchas, muchísimas, vueltas) decidí buscar en ellos las respuestas que muchas veces me dan casi sin darse cuenta, como aquel día que os contaba antes.
A partir de ahora la gran familia de ¡HOLA! me cederá uno de sus valiosos huequitos para poder hablaros de esa otra faceta que tengo y que hasta ahora no había mostrado. Os hablaré de series, de películas y de música; no considero que sea una experta en ninguna de las materias pero sí que disfruto desde pequeña con cada una de ellas. Al preparar el concepto sobre el que quería trabajar, me di cuenta de que al final uno empieza una serie, o ve una película, o escucha una nueva canción cuando alguien le habla de ella. Es el sistema de recomendación que nunca falla desde el principio de la historia de la humanidad, el boca a boca.
Tengo la suerte de que, además, las personas que me rodean son cada cual más especial y diferente al otro. Tengo amigos sensatos que han conseguido ordenar su vida de una manera envidiable, amigos a los que antes de quedar tienes que llamar por si en el último momento han decidido coger un avión para huir de la ciudad, caóticos sentimentales, prácticos de mente ingeniera, piezas imposibles de encajar… Así que los junté a todos y les pedí que me recomendaran qué es lo que ellos habían visto o escuchado que les llamase la atención de modo que tuviera un gran espectro a cubrir. La idea es, por supuesto, que seáis vosotros los que también forméis parte de la rueda con vuestras recomendaciones. Con esta dinámica, todas las semanas habrá una recomendación musical, de una serie y de una película.
Decía al comienzo que todo empezó cuando, después de un día complicado, me fui con una amiga a tomarme una cerveza para acabar estallando a carcajadas. Esa es un poco la idea de este hilo de artículos, acabar uno de esos días malos escuchando una canción que parece contar tu vida, o viendo una película que te haga olvidarlo todo o enredándote a esa serie que te espera siempre en casa después de un día demoledor. O todos ellos, quién sabe. Ojalá todos ellos, y ojalá todos empiecen aquí.
Incapaz de dejar escapar el pasado: Magnolia (1999)
El pasado es el espejo de nuestras cicatrices. Uno piensa que al avanzar lo va dejando inevitablemente atrás, pero no es verdad. Lo sabemos, pero seguimos. Seguimos porque es lo que toca, lo que viene dado, lo que está escrito en nuestra naturaleza. Vamos construyendo nuestras vidas sobre bases del ayer, sobre sus diamantes y sus piedras. ¿Qué somos sino lo que fuimos en una versión madurada? A veces, un poco más deshecha. Otras, una versión mejorada.
De eso va esta película, Magnolia, de la incapacidad de escapar de ese pasado que ya forma parte de nuestra historia, que contamina y enriquece nuestro presente al mismo tiempo. El pasado lo forman los recuerdos, experiencias vividas, las personas que pasaron por nuestra vida y ya no están, todos aquellos que se quedaron. Asumimos las culpas, todavía nos seguimos preguntando por algunos porqués. Ahí siguen algunas despedidas, las que nos obligaron a aceptar y las que todavía no hemos cerrado dentro de nosotros mismos.
Nos reinventamos porque en ese cambio está la mejora, cambiamos para escapar de los errores que ya cometimos aunque ahí sigan esas viejas y conocidas piedras con las que nos empeñamos en tropezar. En un momento dado se dice en la película que "quizás tú hayas acabado con tu pasado, pero que el pasado todavía no ha acado contigo". ¿Se puede volver a un sitio del que nunca se ha ido?
Tanto en guion como en imagen, como la desenvoltura de sus personajes; atrapa desde el principio y te engancha cada una de las historias paralelas que la conforman. Abandono este párrafo con una frase que aparece también en la película: "Tengo mucho amor que dar, pero no sé dónde colocarlo". Sin lugar a dudas, una de las mejores películas que he visto últimamente. Me la recomendó un cinéfilo empedernido, de los que tienen memorizadas todas las grandes obras de absolutamente todos los directores recientes. Sólo me dijo: tienes que verla. Obedecí como buena alumna que soy de un curso de cine que se ha propuesto enseñarme. Y menos mal.
Dentro tráiler: