Izan Llunas, nieto de Dyango, triunfa en Latinomérica tras su éxito en la serie Luis Miguel

El joven español, de 13 años, interpreta al cantante puertorriqueño en sus años de infancia

Por hola.com

Su melena rubia, sus llamativos ojos azules pero, principalmente, su impresionante voz, han enamorado al mundo. El español Izan Llunas se ha convertido en toda una revelación musical desde que interpretase al pequeño Luis Miguel en la serie de Netflix que recrea la vida del cantante. Nieto del artista catalán Dyango, el joven de 13 años está conquistando Latinoamérica, donde ya es tratado como toda una revelación. 

Nacido en Ibiza, Izan dio sus primeros pasos en la música cuando se presentó a La Voz Kids. Con sólo 11 años, interpretaba a la perfección el tema de Justin Bieber, Love yourself, lo que hizo que Antonio Orozco, Rosario y David Bisbal se diesen la vuelta e intentasen que su voz formase parte de su equipo. El intérprete de Estoy hecho de pedacitos de ti se convertía en el coach del pequeño, que no llegó a la final del programa. "Cantar me viene de familia y siempre he sentido que me iba a dedicar a eso", confesaba en el talent show.

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Efectivamente, Izan es la tercera generación de una familia de artistas. Su padre es Marcos Llunas, ganador del Festival de la OTI en 1995 y nuestro representante en Eurovisión en 1997, y su abuelo es José Gómez Romero, más conocido como Dyango, quien cuenta en su currículum con 55 discos de oro y 40 de platino.

Izan no parece que vaya a quedarse atrás, pues su participación en la ficción de Netflix le ha catapultado como joven promesa de la música. De hecho, además de participar en la banda sonora de la producción, el intéprete ya prepara lanzar su primer disco con temas de pop moderno. A eso podría sumarse la grabación de la segunda temporada de Luis Miguel, la serie, aunque el joven desconoce quién formará parte de ese reparto. 

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Con motivo de tanto éxito, Izan ha viajado a Argentina para participar en el programa Showmatch. Lo hacía en compañía de su padre, Marcos Llunas, que contempló con orgullo la expectación que el pequeño provocó tras su aterrizaje en el aeropuerto de Buenos Aires.