Asturias está preparada para recibir dentro de cuatro días la visita de la princesa Leonor que, acompañada de sus padres, los reyes Felipe y Letizia, y su hermana, la infanta Sofía, hará su primera viaje oficial al Principado con motivo de los actos del I Centenario de la Coronación de la Virgen de Covadonga, el XIII Centenario del Reino de Asturias y el Centenario de la creación del Parque Nacional de La Montaña de Covadonga. En el Santuario trabajan a contrarreloj para que todo esté perfecto y eso incluye a La Santina, el nombre con el que se conoce popularmente a la patrona asturiana. La imagen vestirá sus mejores galas y lucirá un manto rojo de terciopelo con bordados clásicos en hilo de oro, según ha podido confirmar HOLA.com
La elección del manto rojo para la Patrona no es casual. “Es un color que le queda muy bien y aparece vestida con él en muchas estampas”, asegura la hermana María Concepción Barbosa dos Santos, en conversación con este medio. Ha sido precisamente el hecho de que siempre se la represente con esta vestidura lo que propiciado que finalmente sea el elegido. Aunque se desconoce el donante que regaló la vestidura a la Virgen, sí que se sabe que fue “una donación de principios del siglo XX”, según confirma el canónigo penitenciario del Santuario, José Juan Hernández Déniz.
Además de la pieza color carmesí, la Santina llevará otras tres prendas con una gran vinculación con la Monarquía, pues fueron un regalo del rey Alfonso XIII -tatarabuelo de Leonor - y de su madre, María Cristina de Hasburgo- Lorena. “La talla lucirá el sábado un delantal blanco con las iniciales “A” (por Alfonso XIII) y “C” (por María Cristina), un rostrillo (pañuelo blanco alrededor de la cara) y el vestido blanco del Niño Jesús con las iniciales”, nos cuenta Hernández Déniz. Al contrario que con la pieza de terciopelo, estos tres vestidos sí que han tenido que ser restaurados ya que los originales estaban muy deteriorados. De las copias se han encargado las monjas Pasionistas de Oviedo que con la técnica del “transporte” han calcado en seda los bordados originales de las piezas. Además de los ropajes, la Virgen de Covadonga y el Niño Jesús lucirán el 8 de septiembre las coronas hechas en 1918 por Felix Granda Buylla, fundador de los talleres de arte Granda, “los más afamados de la orfebrería religiosa”, destaca Hernández Déniz.
El privilegio de vestir la talla, que cuenta con más de medio centenar de mantos, en un día tan importante correrá a cargo del sacristán Tomás Camblor, de la hermana María Concepción Barbosa y de otras tres religiosas de la congregación Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo. Las telas se colocarán en la talla de 1778 -de 80 centímetros de altura- que el Cabildo- Catedral de Oviedo regaló a Covadonga tras el incendio que acabó con el santuario de madera inicial de estilo románico.