Solo piano y voz: el ‘ángel’ de Amaia, ganadora de OT, sigue volando alto
La ganadora de la última edición de OT regaló a los nuevos aspirantes su talento, ese 'algo especial' que ocurre cuando sube al escenario
Puso los pelos de punta a millones de espectadores durante su paso por OT y se coronó como la justa vencedora en una batalla en la que solo importaba el talento. Han pasado meses desde que viéramos cada semana a Amaia en televisión, una artista que iba creciendo en el escenario con una voz con decenas de matices que ponían los pelos de punta a los que se paraban a escucharla. En este tiempo, después del festival de Eurovisión, Amaia ha demostrado que se atreve con todo, desde el indie al flamenco, y que no hace falta mucho más que su voz para lograr que el público deje fluir sus sentimientos.
Lo demostró de nuevo en su visita a los castings finales de la nueva edición de OT, donde ofreció a los aspirantes el regalo que supone escucharla. Alfonsina y el mar, Miedo, en el que su voz casi se quiebra, y Losing you, pequeñas “joyas” que se podrían unir a todas las que va dejando esta intérprete que lleva la música en la sangre. Solo piano y voz desgranando unas notas que ponen los pelos de punta y provocan lágrimas, no de pena ni mucho menos, de pura y sincera emoción. Las suyas fueron incontenibles mientras recordaba el camino que la ha llevado hasta donde se encuentra: a las puertas de un sueño que se va cumpliendo y que dentro de poco hará realidad también el de muchos de sus incondicionales, la publicación de su primer disco.
La nostalgia con la que la navarra habló de su aprendizaje en la escuela fue casi tan intensa como la emoción que transmite cuando habla de su proyecto en solitario. No quiso dar demasiados detalles, solo dijo que ya está trabajando en unas canciones que han generado muchísima expectación entre los que un día la vieron coronarse ganadora. Aquellos que ya la conocían y quienes la están descubriendo ahora pueden comprobar, con esta muestra, que su “ángel”, esa atmósfera especial que crea con una simple nota, sigue volando cada vez más alto.