Así es el exclusivo apartamento de Rocío Crusset en Nueva York

La hija de Mariló Montero y Carlos Herrera llegó a la Gran Manzana hace siete años dispuesta a encontrar su sitio en el mundo de la moda y ha sido ahora cuando ha mostrado su casa

por hola.com

Rocío Crusset no para. Este verano, la hija de Mariló Montero y Carlos Herrera está alternando sus vacaciones con sus compromisos profesionales. Si hace unos días se dejaba ver disfrutando del mar junto a sus amigos, poco después volaba hasta Verona para participar en el desfile de lencería de la marca Tezenis -perteneciente al grupo Calzedonia-. Pero aunque reparte su tiempo entre largas estancias en España y sus viajes de trabajo por el resto del mundo, la modelo tiene, desde hace siete años, establecido su centro de operaciones en la ciudad de Nueva York, en la que desembarcó decidida a hacerse un hueco en el complicado mundo de la moda. Precisamente esta misma semana, Rocío Crusset ha mostrado en televisión algunos de los rincones de su exclusivo apartamento, ubicado en el majestuoso barrio de Chelsea y por el que paga una cifra que supera los 4.000 euros mensuales. La vivienda consta de dos habitaciones, un amplio salón minimalista decorado con tonos pastel que comunica con la cocina y un baño.

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"Me llamo Rocío. Soy de Sevilla y llevo viviendo en Estados Unidos desde los 17 años. Actualmente vivo en Nueva York, trabajando como modelo profesional y, bueno, ¡bienvenidos a mi casa!". Así se presenta la hija de la presentadora, que hace unos días presumía de tipazo en la isla de Ibiza, en el programa Callejeros Viajeros, en el que ha aprovechado para enseñar cómo es su vida en la Gran Manzana, en uno de sus "barrios favoritos, porque es de lo más acogedor que encuentro yo en Manhattan".

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La modelo, que vive con la modelo Marta Ortiz, confiesa que echa mucho de menos su casa, sus costumbres y su familia, pero no duda en reconocer que cada vez que sus padres van a verla unos días y después se marchan, ella lo pasa "fatal. Lloré muchísimo. Me cuesta mucho volver a reponerme". Mientras enseña algunas de las estancias como el salón o su propia habitación -decorada en blanco y negro y también con un marcado toque minimalista y sobrio-, Rocío Crusset afirma que su madre es su mayor "confidente. Le cuento todo. Estamos muy unidas. Yo la quiero un montón", señala.

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Además de compartir sus secretos de belleza ("tenemos muy buena genética y como todo lo que me apetece, pero vamos mucho al gimnasio"), la hija de Carlos Herrera ha mostrado también el book al que recurre en su búsqueda de trabajo, un álbum fotográfico que recoge algunos de sus mejores posados y que ella suele enseñar en cada uno de los cástings a los que se presenta. "No están todos los trabajos aquí, sino los perfiles tuyos que la agencia quiere mostrar. Si les interesas les dejas una tarjeta en la que aparecen tus medidas y ellos ya contactan a la agencia", explica.

Rocío Crusset está completamente centrada en su carrera. Hasta hace poco compaginaba su faceta como modelo con su relación con el cubano Juan Betancourt, relación que acabó hace unas semanas. "Ni Juan decidió acabar con esto, ni está en otra relación. Ni tampoco yo estoy fatal, y mucho menos mandando mensajes indirectos porque me pongan una camiseta en un desfile. Las relaciones no funcionan por muchos otros motivos. Tenemos la suerte de ser personas maduras y de saber tomar decisiones que son para mejor", afirmó recientemente a fin de zanjar los rumores sobre los motivos que habían llevado a la pareja a poner punto final a su historia de amor.

Tras su ruptura, Rocío Crusset y Juan Betancourt coinciden en Barcelona

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