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En los últimos meses Becky G ha estado en varias ocasiones en nuestro país, promocionando sus exitosos temas en español e inglés y trabajando sin parar. Ahora que ha comenzado el verano, la cantante se ha pasado por Ibiza en un viaje exprés para presentar su nuevo single, Sin Pijama, en el escenario de Amnesia, una de las discotecas más famosas e internacionales de la isla. Pero no todo tienen por qué ser responsabilidades, ya que, en esas 24 horas que la artista de ascendencia mexicana ha pasado en Baleares, ha tenido la oportunidad de disfrutar de la playa junto a las amigas que la han acompañado.
En la arena pasó (casi) desapercibida por su look natural y sin maquillaje, tan alejado de la sofisticada imagen a la que Becky G nos tiene acostumbrados. Con el pelo recogido, un bikini blanco que acentuaba su piel morena, pendientes de aros y gafas de sol negras como único accesorio en su estilismo. La cantante estaba disfrutando del mar y de un chiringuito playero, donde no faltaron los buenos cócteles y la música. Y muy poca gente, por no decir nadie, se dio cuenta de que Becky G estaba sentada a su lado.
Hace apenas una semana, Becky G acudía a El Hormiguero y contaba cómo, cuando tenía solo 9 años, sus padres perdieron la casa en la que vivía y tuvieron que mudarse al garaje de casa de sus abuelos. Sus tres hermanos, sus padres y ella se vieron obligados a convivir en ese espacio tan reducido durante un tiempo y la cantante, a la que siempre le había gustado la música y, según sus palabras, "ser el centro de atención", quiso ayudar comenzando a trabajar. "A los nueve años yo ya sabía lo que quería hacer con mi vida", explica la artista, que le pidió a su padre y a su madre que le dieran 6 meses para buscarse la vida en agencias de niños con talento. Y la cosa salió bien. El resto es historia, puesto que puede presumir de más de 10 millones de seguidores en Instagram y más de 500 millones de reproducciones en Spotify, que es lo que suman solo dos de sus temas más famosos, Mayores y Shower.
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