Se publicó en la revista en julio de 2017

Así contó Terelu Campos a ¡HOLA! su lucha contra el cáncer

Hace un año la popular presentadora abrió su corazón a su hermana, Carmen Borrego

por hola.com

Terelu Campos ha vuelto a sufrir un duro golpe. A través de un comunicado ha anunciado que padece un nuevo tumor primario en la mama izquierda por lo que será intervenida en los próximos días en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Este difícil trago llega justo un año después de que la popular presentadora concediera a ¡HOLA! su entrevista más humana, reveladora y sincera, en la que contó la noticia más esperada: “Por fin ha llegado el día: estoy curada”.

Después de cinco años de luchar contra el cáncer, Terelu Campos abrió el corazón a su hermana, Carmen Borrego, en una entrevista que publicó la revista ¡HOLA! en julio de 2017 cuando parecía que su lucha había llegado a su fin. Terelu Campos, radiante y feliz al lado de su hermana, repasó sus miedos, sus alegrías y los últimos acontecimientos de su familia y su vida, una vida que tristemente desde el año 2012 se ha visto marcada por el cáncer, por las largas sesiones de quimioterapia y radioterapia y por una lucha constante.

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Carmen Borrego: Terelu, tras muchos, demasiados, meses de incertidumbre y temor, te veo, por fin, radiante y feliz…
Terelu Campos: Pues sí… por fin ha llegado el día, que me parecía tan lejano, en el que mi oncólogo, el doctor Francisco Lobo, me ha dicho que estaba todo bien y me ha retirado el tratamiento del cáncer. Estoy curada

¿Qué sentías cuando ibas camino de la consulta del doctor Lobo? De esa última y definitiva consulta...
Iba muy angustiada. Desde enero hasta hace unos días he pasado los peores meses de estos cinco años. He vivido en un estado de angustia permanente y espantoso.

¿Por qué? ¿Qué temías?
Porque pensé que, al llegar a la consulta, mi oncólogo me iba a comunicar que debía hacerme una nueva prueba y que, tras ver los resultados, me iba a decir que lo sentía, pero que no había podido llegar a la meta. Por eso, cuando llegué a la consulta, tenía una carita... y cuando me dijo que estaba todo bien respiré.

Sin embargo, noto cierta amargura en tus palabras…
Tienes razón, cuando me monté en el taxi que siempre me lleva a casa, no podía dejar de llorar; me caían los lagrimones porque, al salir, pasé por delante de la sala donde nos dan la quimioterapia y de repente me invadió un ataque de pena al pensar en nuestra tía Leli, en Beatriz, en mi compañera Belén… Ellas no pudieron superarlo…

Y ahora, ¿cómo te encuentras?
Muy feliz, me encuentro muy feliz por esa parte, pero por otra estoy temerosa de cómo va a reaccionar mi cuerpo a partir de ahora. ¿Qué me va a pasar ahora? He estado cinco años medicándome y de repente me retiran la medicación, porque esto es de un día para otro, y ahora se acabó. Tengo miedo de que mi cuerpo no responda.

¿Por qué has querido compartir esta maravillosa noticia?
Cuando me diagnosticaron la enfermedad, compartí ese momento porque pensé que lo mejor era afrontarlo abiertamente, que no hubiera lugar a la especulación. Pensé que podía ayudar de esta manera a las personas que se encontraban en la misma situación, que todas juntas podríamos, que juntas seríamos mas fuertes. Ahora que ya estoy curada, quiero agradecer públicamente a todas aquellas personas que, durante estos cinco años, me han parado para preguntarme cómo estoy de salud, me han dado ánimos y no se han olvidado de mí. Estoy muy agradecida porque, a pesar de haber pasado tanto tiempo, muchas personas me seguían diciendo que rezaban por mí. No tendré vida suficiente para poder agradecer toda esa preocupación y cariño.

Hay que pronunciar bien alto la palabra cáncer y dejar de asociarla con la muerte.
Sí, sin lugar a dudas, el cáncer no es sinónimo ya de muerte, aunque muchas personas no consigan todavía superarlo. En el cáncer de mama el porcentaje de superación es muy alto, y aunque en otros tipos de cáncer el número de personas que no lo consiguen sigue siendo alto, la palabra cáncer debe ir asociada a la palabra esperanza.

¿Qué has conseguido además de recuperar tu salud?
He conseguido retarme, retar a mi cuerpo. Cuando padeces una enfermedad de esta magnitud tu mente puede querer curarte, pero si tu cuerpo no te acompaña en el camino, es mucho más duro. Yo he conseguido conocer que mi cuerpo, en una situación tan grave como esta, estaba fuerte para responder y ha podido ganar no solo las batallas sino, también la guerra.

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Yo, mejor que nadie, sé lo que has pasado estos cinco años, la cirugía, las sesiones de quimio, de radio... Vuelves los ojos hacía atrás y ¿qué ves?
De primeras veo sufrimiento, veo superación, veo esperanza, veo cariño, veo amor, veo empatía, veo la ayuda de mi familia, de mis amigos, de mis compañeros de trabajo, pero, sobre todo, veo lucha.

Y tras esa lucha, ¿qué has dejado en el camino que ahora desees recuperar?
He dejado autoestima en el camino, mucha autoestima, y es esa autoestima la que estoy intentando recuperar, pero no ahora; desde hace algún tiempo, deseo y lucho por recuperar la autoestima que me dejé por el camino.

¿Y qué has tachado de tu lista de obsesiones? ¿Qué has dejado definitivamente atrás?
¡Uff…! El miedo. Es que no se puede vivir permanentemente con miedo.

Durante todo este tiempo, ¿cuándo te has sentido más sola y por qué?
Me he sentido sola en el dolor, pero porque así lo decidí yo. He estado sola porque he necesitado llorar sola. No he podido compartir mi llanto porque compartirlo significaba sufrimiento y preocupación para las personas que quiero y que me han acompañado en este camino.

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Menos mal que, al final, dejaste que te ayudáramos, que fuéramos tu consuelo y tu apoyo... ¿Hemos dado la talla?
Por supuesto que sí. Sin ti, sin mamá, no creo que lo hubiera conseguido, y desde luego, el camino hacia la recuperación hubiera sido mucho más duro. Habéis dado la talla de sobra. Tengo que decir bien alto que nuestra madre ha dado la talla como madre, tú has sido lo más como hermana, lo más de lo más como amiga, como todo. Carlos fue, en su momento, un apoyo fundamental. Mi hija, con su silencio y con su resignación, con su apoyo, con sus miradas de cariño, de amor. Mis compañeros también me apoyaron no haciéndome sentir nunca como una enferma y mis amigas por darme su alegría, por alegrarme la vida.