Iñaki Urdangarin ha pasado sus primeras 24 horas en prisión. El cuñado del rey Felipe VI ingresó a primera hora del día ayer en la cárcel de Brieva, en Ávila, para cumplir con la condena a 5 años y 10 meses que le impuso el Tribunal Supremo por varios delitos de corrupción en el caso Nóos. Según fuentes penitenciarias consultadas por la agencia EFE, el marido de la infanta Cristina ha pasado la noche con "absoluta normalidad y tranquilidad", y no ha necesitado ir a la enfermería. Iñaki Urdangarin está "tranquilo" y "concienciado" de que es un recluso y que le toca cumplir condena, han añadido las fuentes citadas, que han destacado que ha mostrado un trato "exquisito" con todos los funcionarios de prisión.
Urdangarin eligió una prisión de mujeres en Ávila, con un módulo especial para hombres, pero que hasta su llegada estaba desocupado. El último que cumplió condena fue el ex director de la Guardia Civil Luis Roldán, aunque puntualmente se usó en el pasado para confidentes o presos calificados como testigos protegidos.
No ha pasado ni un día de estancia entre rejas y el sindicato de CCOO ha reclamado que Instituciones Penitenciarias traslade a Urdangarin, ya que habilitar un módulo cerrado para un único interno sería "un evidente trato de favor" que no está justificado por ninguna necesidad penitenciaria. Sin embargo, fuentes consultadas aseguran que el nuevo recluso no ha recibido ningún trato diferenciado. Tan solo ha habido algunos cambios en su módulo: se ha devuelto al comedor la televisión que había sido retirada cuando estaba vacío.
Iñaki Urdangarín está solo en un módulo de cinco celdas destinadas para hombres en el que recientemente se llevaron a cabo obras para mejorar la calefacción y aislamientos. Dispone de una celda de entre 12 y 15 metros con cama, mesa, ducha propia y la posibilidad de solicitar televisión. Además, esta zona cuenta con un patio de 25 metros en un pabellón en el que no hay más reclusos.
Instituciones Penitenciarias dispone de un plazo de dos meses para decidir la ubicación definitiva del recluso, el grado en el que se le clasifica, así como aplicar el régimen sancionador si se diera el caso o regular las comunicaciones y visitas de Urdangarin, que podrá disponer de un 'vis a vis' al mes y 50 minutos de llamadas al mes. A su vez establecerá el programa individualizado de tratamiento que regula la vida en prisión de cada interno con las medidas de seguridad y las actividades ocupacionales, lúdicas o los trabajos para cada recluso. En el caso de Brieva, al ser una cárcel de mujeres, las actividades estaban orientadas hasta ahora a la población reclusa femenina.