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Iñaki Urdangarin ya está en prisión. Hacia las 8:30 horas de la mañana de este lunes, 18 de junio, el marido de la infanta Cristina entraba en la cárcel de Brieva (Ávila), un centro penitenciario de mujeres en el que hay ingresadas actualmente alrededor de 100 reclusas y que cuenta con un pequeño módulo para hombres. Ha apurado hasta el último día que tenía de plazo para ingresar en la cárcel y empezar a cumplir con la condena de 5 años y 10 meses que el martes pasado le impuso el Tribunal Supremo por varios delitos de corrupción en el marco del caso Nóos. Urdangarin aterrizó la noche del domingo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde fue fotografiado con rostro serio y luciendo un atuendo informal, con un polo de color gris, pantalones vaqueros y un jersey de rayas blancas anudado a la cintura, además de una bandolera oscura.
El cuñado del Rey, que ha estado acompañado de un escolta desde que ha aterrizado y ha guardado silencio en todo momento pese a las preguntas de los periodistas, ha llegado solo, sin la infanta Cristina, que todo parece indicar permanece en su residencia de Ginebra junto a sus hijos. El ex jugador de balonmano salió de la terminal andando y recorrió varios metros, atravesando la zona de taxis, hasta llegar al vehículo que le estaba esperando para poner rumbo a Brieva, que se encuentra a menos de 140 kilómetros del aeropuerto.
El pasado miércoles en la Audiencia de Palma, el tribunal que le condenó en primera instancia, se entregó en mano al marido de la infanta Cristina la orden judicial por la que se ordenaba su ingreso en prisión y en la que se le daba cinco días para presentarse voluntariamente, plazo que vencía este lunes, 18 de junio. Urdangarin, como cualquier otra persona que haya sido condenada y se encuentre en ese momento en libertad, podía acudir con dicha orden a cualquier instalación penitenciaria de España.
Como establece la normativa, cualquier cárcel tiene la obligación de acoger a Urdangarin si llega voluntariamente, desde cualquier Centro de Inserción Social (CIS), hasta los dos hospitales penitenciarios o las tres cárceles de mujeres. Sea cual sea la cárcel donde vaya, lo normal es que pase por todos los trámites del primer ingreso. Se le hace una ficha y es reconocido por el servicio médico, además de ser entrevistado por un equipo multidisciplinar formado por trabajadores sociales y psicólogos que le evalúan.
- Así es la cárcel de mujeres de Brieva, donde ya cumple condena Iñaki Urdangarin
El Tribunal Supremo ratificó el martes pasado la condena inicial de la Audiencia de Palma por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, pero le absolvió de falsedad en documento público, con lo que rebajó en cinco meses la pena de privación de libertad, que es en total de 5 años y 10 meses.
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