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Después de 12 semanas y con 22 kilos menos, el Maestro Joao ha vuelto a España tras quedarse a las puertas de la final de Supervivientes. El vidente, que era uno de los concursantes más desconocidos de la edición se ha confirmado como toda una sorpresa para el público, aguantando como todo un robinsón las pruebas que la supervivencia le ponía por delante. A lo largo del concurso han sido constantes los comentarios que el astrólogo ha dedicado a Jorge Javier Vázquez, habiendo llegado a declarar que sentía un amor platónico por el presentador. Anoche fue el gran día del tarotista que, por fin, pudo estar frente a un divertidísimo Jorge Javier, que ya hace una semana, quiso agradecer a Joao su entrega durante los tres meses que ha durado el programa: "Quiero darte las gracias por ser tan cómplice, por haber estado a mi lado en todo momento. Me has ayudado muchísimo y en muchas ocasiones a levantar el programa. Te lo agradezco muchísimo. Has sido un gran descubrimiento. Un beso muy fuerte y nunca te agradeceré lo suficiente lo generoso que has sido conmigo. Gracias, gracias, gracias".
Tras este último mensaje a través de las pantallas la noche de ayer se perfilaba de lo más interesante por cómo sería el encuentro entre ellos y, como era de esperar, no defraudaron. Nada más llegar, el superviviente entregó a Jorge la semilla de un árbol que había recogido como regalo en Honduras. Las risas, las bromas sobre su no-relación y la sinceridad fueron las piezas clave de este primer encuentro en el que el conductor del programa no dejó de lado su papel y consiguió que Joao declarase que lo que había entre él y ‘el Niño’ Luismi: "Para mí es una persona que me devolvió la vida en un momento. Podría decir que lo amo, porque yo a la gente no la quiero, la amo. Lo adoro, daría mi vida porque es una persona maravillosa", dijo poco antes de asegurar que no eran pareja.
Además, haciendo gala de su sinceridad, el que fuera la cara más visible de Aquí Hay Tomate le confesó que, en un principio, no apostaba por su duración en el concurso pero que gracias a haberse mostrado tal y como es, sin miedos ni prejuicios, había logrado conquistar a la audiencia.
El punto tierno de la entrevista lo puso Doña Benita, la madre del vidente. Presente en el plató, el abrazo de madre e hijo estuvo marcado por las lágrimas de emoción de ambos y el humor de Joao, que no dudó en presumir ante su progenitora de lo delgado que se había quedado, a lo que ella respondió desvelando que le había preparado un pastel de chocolate.
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