Acaba de estar en la Semana de la Moda de Miami, una pasarela de la que es presidente honorario y en la que además celebró una gala benéfica. Antonio Banderas combina a la perfección sus compromisos profesionales con su vida personal –de hecho en la pasarela estuvo con él su novia Nicole Kimpel- y así, después de haber cumplido con su agenda de trabajo, hizo una parada en Beverly Hills para pasar algo de tiempo con su hija Stella. Se pudo ver a padre e hija disfrutando del almuerzo en un restaurante, en el que Antonio no dudó en hacerse una foto con uno de los responsables y es que no todos los días se puede presumir de tener a un actor de Hollywood sentado a la mesa.
El intérprete aprovecha siempre que tiene un hueco para estar con su hija, de hecho hace solo unas semanas, mientras promocionaba en tierras americanas su película Genius: Picasso, estuvo también cenando con ella. Al menos eso parecía a juzgar por la instantánea que compartió Melanie Griffith con el mensaje: “Padre e hija para siempre. Cena familiar”. Stella, que tiene 21 años, estudia en Los Ángeles, y está muy unida a sus padres. La hija de la pareja de actores se ha convertido en una bella joven que ha heredado el estilo y atractivo de sus famosos padres. Se puede ver en estas imágenes en las que estaba guapísima con unos vaqueros, camisa blanca y unas sandalias y chaqueta en tonos marrones.
Antes de viajar a Miami, el protagonista de películas como El zorro descansó unos días con Nicole en el sur de Francia, en Saint-Jean-Cap-Ferrat, una península en la zona gala de Provenza-Alpes-Costa Azul. Navegaron en el yate Lady S, que tiene capacidad para unas 12 personas y que incluye una piscina con agua de mar y una zona para tomar el sol, gimnasio, baño turco y jacuzzi. Tuvo oportunidad también de visitar el circuito de Fórmula 1 de Mónaco, una carrera que ganó el piloto australiano Daniel Riccciardo, de la escudería Red Bull. Un pequeño descanso antes de retomar su trabajo.