El movimiento Me Too continúa. Esta tarde, la cadena CNN ha revelado en un reportaje el testimonio de ocho mujeres pertenecientes a la industria del cine que acusan a Morgan Freeman de acoso. Además, hay otros ocho testigos que corroboran el comportamiento inapropiado del actor. En total, dieciseis personas que admiten haber presenciado o sufrido el abuso del intérprete de películas tan relevantes como Seven o Ahora o nunca.
La noticia comienza con el relato de una joven asistente de producción, la cual trabajó en el verano de 2015 con el intérprete estadounidense en la comedia Going in Style. Lo que creía el trabajo de sus sueños derivó en meses de acoso hacia ella por parte del artista, el cual, según las palabras de la víctima, llegó a tocarla repetidamente sin su permiso, apoyando su mano sobre la parte baja de su espalda y haciendo comentarios frecuentes sobre su figura o su ropa. En un incidente, Freeman "trató de levantar mi falda preguntando si usaba ropa interior", algo que, tal y como narra, vió el también actor Alan Arkin, que le pidió a Morgan que parase. "Morgan se asustó y no supo qué decir", revela la joven.
A este testimonio se suman las palabras de la periodista Chloe Melas, la única mujer que se ha atrevido a dar su nombre. La redactora de la cadena CNN fue la impulsora de esta investigación tras reconocer que el ganador de un Oscar la acosó mientras le entrevistaba en la presentación de la película Going in Style. Melas, que por aquel entonces estaba embarazada de seis meses, afirma que el actor - en una sala llena de gente en la que también se encontraban los coprotagonistas Alan Arkin y Michael Caine-, le estrechó la mano y le dijo en varias ocasiones: "Me gustaría estar ahí".
Ante este suceso, la periodista informó al departamento de Recursos Humanos de la CNN de lo ocurrido, los cuales se pusieron en contacto con Warner Bros, distribuidor de la película, quienes no pudieron corroborar la historia porque "solo uno de los comentarios fue en vídeo y los empleados de la compañía presentes no notaron nada". De hecho, Warner Bross ha reconocido el hecho pero ha declinado hacer más declaraciones al respecto.
El protagonista de Como Dios, ante estos y otros casos narrados en el reportaje, ha querido hacer una declaración al medio The Hollywood Reporter a través de su representante: "Cualquiera que me conozca o haya trabajado conmigo sabe que no soy alguien que ofenda intencionadamente o que haga que alguien se sienta incómodo a sabiendas. Me disculpo con cualquiera que se haya sentido así o que crea que le he faltado el respeto. Nunca fue esa mi intención".