El Atlético de Madrid ha dicho adiós a uno de los jugadores más emblemáticos de sus filas: Fernando Torres, El Niño, que recibió una emotiva despedida por parte de la dirección del club y de los aficionados. El jugador, muy conmovido, lució por última vez la camiseta rojiblanca y se emocionó hasta las lágrimas en su retirada, al recordar cuando de pequeño acudía al mítico estadio Vicente Calderón. El Wanda Metropolitano se rindió ante su figura y fueron muchos los hinchas que tampoco pudieron contener las lágrimas al decir adiós a El Niño. En este sentido homenaje, el jugador no estuvo solo ya que hizo el paseíllo por el césped de la mano de su mujer Olalla Domínguez y sus tres hijos Nora, Leo y Elsa que iban vestidos con la equipación atlética y con una camiseta que ponía “papi” y el número 9, el de Fernando.
Un día cargado de emociones en el que Fernando, además de agradecer su apoyo al equipo, la hinchada y a su descubridor, también tuvo unas palabras hacia su familia. Especialmente conmovedora ha sido la declaración de amor que el de Fuenlabrada ha dedicado a la mujer de su vida. El deportista es de lo más discreto respecto a su vida privada y por eso ha sorprendido esta manifestación pública que ha dedicado a una de las personas más importantes de su entorno. "A mi mujer, que ha sido un pilar en mi vida, me ha dado paz, equilibrio. Siempre supo estar en el sitio adecuado, dónde acudir cuando más lo necesitaba”, comienza el mensaje que el deportista ha dedicado a su esposa en Instagram y que acompaña de una fotografía que derrocha amor, en la que se ve a la pareja dándose un beso en presencia de sus hijos.
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Torres sigue con su dedicatoria a Olalla: “Me enseñó a quererme y valorarme en los momentos más duros y a mantenerme humilde en la victoria. Apoyó siempre y sin condiciones todas mis decisiones y sobre todo me ha dado a nuestros tres niños, que son un tesoro y nos enseñan a ser mejores padres y personas”. En la parte final de sus palabras, Fernando Torres no ha querido olvidarse de sus pequeños, las alegrías de la casa: “Por supuesto, tenemos tres atléticos más entre nosotros. Os quiero mucho a los cuatro, sois mi vida”. También se acordó de sus padres, en especial de su madre "que me acompañaba en el tren a entrenar todos los días, haciendo los deberes por el camino". "Hizo muchos sacrificios como tantas madres para que su hijo cumpliera su sueño", ha escrito. A su padre le agradeció que no se perdiera ningún partido y de sus hermanos no olvidará que se dejaran "sus ahorros para comprarme unas botas de fútbol que yo quería".
En la primavera de 2009 Fernando Torres y Olalla Domínguez se casaron en el Ayuntamiento de El Escorial en una ceremonia discreta y privada, que tuvo lugar cuando faltaba muy poco para que se convirtieran en padres por primera vez. Ellos se conocieron una década antes cuando él veraneaba con su familia en Estorde (Galicia). Desde entonces no se han separado y Olalla le ha acompañado allá por donde sus compromisos profesionales le han llevado. En 2007 el madrileño fichó por el Liverpool y cuatro años más tarde militó en las filas del Chelsea. Finalmente volvió al Atlético, el equipo que le vio nacer como futbolista. Este domingo disputó su último partido en el campeonato profesional de la Liga con la camiseta “colchonera” contra el Eibar, del que se fue por la puerta grande al marcar dos goles.