Ni Bardot ni Bustier, el escote más icónico se llamará 'Meghan'
Antes de convertirse en duquesa de Sussex, Meghan Markle ya lució el próximo escote que será tendencia, el mismo de su vestido de novia
"Es un verdadero honor recibir la oportunidad de colaborar de cerca con Meghan Markle en una ocasión tan remarcable. Queríamos crear una pieza atemporal que enfatizara los códigos icónicos de Givenchy y que también transmitiera modernidad a través de líneas elegantes y cortes afilados (...). Estoy extremadamente orgullosa de lo que hemos logrado". La diseñadora Clare Waight Keller escribía estas palabras en un comunicado emitido por la casa de Alta Costura Givenchy minutos después de que se revelara que ella, la directora artística de la firma francesa, había sido la modista elegida para crear, mano a mano con la ahora duquesa de Sussex, el vestido de novia que cambiaría los códigos de las bodas reales.
Mientras caminaba hacia el altar, donde la esperaba un visiblemente emocionado príncipe Harry, Meghan Markle ha dejado claro que ella tiene un estilo personal, una forma propia de hacer las cosas, siempre sin saltarse los estrictos protocolos de la Casa Real en la que hoy ha ingresado. Para transmitir este mensaje a todo el mundo no ha necesitado decir ni una palabra; el detalle central de su sencillo vestido, el escote, lo ha dicho todo. Conociendo el efecto Meghan que convierte en tendencia todo lo que ella lleva, es más que probable que este estilo de cuello sustituya al clásico Bardot o el nuevo Bustier como escote tendencia de la temporada.
La reina Isabel II, Diana de Gales y la duquesa de Cambridge, sus tres predecesoras más próximas, eligieron vestidos de manga larga para sus respectivas bodas, estableciendo así una ley no escrita: la novia debe llevar los brazos cubiertos. Y Meghan Markle la ha seguido a rajatabla, o casi, porque su vestido sí dejaba a la vista una inesperada parte: los hombros. El escote barco ha sido el aspecto más comentado de su diseño, pero ni esta es la primera vez que Meghan Markle lo luce, ni es el debut de esta favorecedora silueta en una boda real.
El 10 de abril de 1840, la reina Victoria y el príncipe Alberto se daban el "si, quiero" en la Capilla Real del Palacio de St James. Para esa ocasión histórica, tanto como la boda de Harry y Meghan, la reina Victoria lució un vestido de raso blanco y encaje Honiton con este mismo escote. Más de 165 años después, el 4 de octubre de 1997, la infanta Cristina recuperaba este escote que, fuera de los palacios, es uno de los preferidos por las novias y se casaba con Iñaki Urdangarín con un vestido de escote barco firmado por Lorenzo Caprile. Y el 19 de junio de 2010, la princesa Victoria de Suecia hacía lo mismo con Daniel Wellington llevando un vestido del diseñador Pär Engsheden con el mismo escote. La diferencia entre esta última y Meghan Markle ha estado en la largura de las mangas. Mientras la princesa Victoria llevó los brazos descubiertos, el diseño de Givenchy Haute Couture de Meghan tiene unas mangas francesas que los cubrían prácticamente por completo.
Esta forma ha recordado inevitablemente a la chaqueta que Meghan Markle llevó en una visita al Castillo de Cardiff, un diseño de cuadros príncipe de Gales de la firma americana Theory con el que la entonces prometida del príncipe Harry recordaba uno de los estampados preferido de Diana de Gales. Esa prenda desató el llamado efecto Meghan y muchísimas firmas se inspiraron en él para crear chaquetas, camisas y tops. Que lo haya elegido como protagonista de su vestido de novia no solo amplificará este efecto. También es posible que, como ya sucedió con un escote muy similar y otra actriz -el escote Bardot que Briggite Bardot hizo suyo-, de aquí en adelante a esta silueta que descubre elegantemente los hombros se la conozca como el escote Meghan.