Meghan Markle, una novia única en su camino hacia el altar
La exactriz, como estaba previsto, se ha trasladado con su madre en coche desde el hotel en el que ha pasado la noche hasta la capilla de San Jorge, donde ha entrado sola
Con puntualidad británica, en torno a las doce del mediodía hora inglesa (13.00 horas en España), la novia ha llegado a la Capilla de San Jorge. Meghan Markle ha hecho, como estaba previsto, el recorrido desde el hotel en el que ha pasado la noche, Cliveden House Hotel, hasta la capilla acompañada por su madre Doria Ragland, en el Rolls-Royce Phantom que condujo a Kate y a su padre hasta la Abadía de Westminster el día de su boda con el prínicipe Guillermo (29 de abril de 2011). La emoción se pintaba en su rostro. La exactriz no dejaba de sonreir y de saludar a la gente que se agolpaba en su camino, se podía ver desde la ventanilla del coche lo feliz que está. Quedan desvelados los secretos mejor guardados: cómo es su vestido de novia y qué tiara luce para dar el “sí” al príncipe Harry.
La tiara está hecha en 1932 y consiste en una joya tipo bandeau de la reina Mary, hecha de diamantes, con un broche central que data de 1893, que fue hecha especialmente para la princesa Mary y diseñada específicamente para que se integrara un broche central -este se lo regaló el Condado de Lincoln a la princesa Mary en 1893 con motivo de su matrimonio con el príncipe George, Duque de York-. El broche se integró en la tiara en 1953. Meghan lleva también pendientes y collar de Cartier. El vestido es un diseño de Clare Waight Keller, la primera mujer nombrada Directora Artística en la historia de la casa francesa de Givenchy, fue el año pasado. Se trata de un vestido de líneas sencillas, de escote barco, y que marca la cintura. La línea del diseño, que tiene mangas tres cuartos, se extiende por la espalda hacia la cola. Meghan lleva también el velo sujeto por la tiara.
La madre de Meghan, Doria, se bajó del vehículo y accedió a la Capilla por el Pórtico de Galilea, donde la esperaba el Deán de Windsor, el reverendo David Conner, que es uno de los oficiantes de la ceremonia y quien la dirige. Ocupó su asiento visiblemente emocionada, incluso se limpió las lágrimas en alguna ocasión, antes de ver la entrada de su hija. Meghan, a quien también recibió el reverendo David Conner, subió las escaleras de la zona oeste de la Capilla de San Jorge sola, seguida por dos de los pajes de su cortejo que la ayudaban con la cola del vestido. Esta fue una buena muestra de que es una mujer independiente -lideró su primera acción feminista con apenas once años- y que la ausencia de su padre, que inicialmente la iba a acompañar, no le ha impedido caminar hasta el altar con convicción.
"Con la fama, llegan las oportunidades”, dijo Meghan en una ocasión. “Pero también conlleva responsabilidad: defender y compartir, centrarse menos en los zapatos de cristal y más en romper los techos de cristal. Y, si tengo la suerte, poder ser una inspiración”. Al toque de una fanfarria, avanzó segura a través de la nave acompañada por su séquito de pajes y damas, entre los que están los hijos de los Duques de Cambridge, George y Charlotte. En el altar la esperaba un nervioso Harry, a quien no le hicieron falta palabras. Una mirada es más que suficiente para expresar el amor con mayúsculas.
En la mitad de la capilla, la esperaba el príncipe Carlos, que ejerció el papel que correspondía a su padre Thomas Markle. "Ms. Meghan Markle ha pedido a Su Alteza Real el Príncipe de Gales que la acompañe hasta el altar de la Capilla de San Jorge el día de su boda. El príncipe de Gales está complacido de dar la bienvenida a la familia a la señorita Meghan Markle de esta forma", recoge el comunicado que envió el Palacio de Kensington.
El príncipe Harry elige a su hermano Guillermo como padrino de boda
Y es que el escándalo de las fotografías pactadas en el que Thomas Markle se vio envuelto estos días, unido a sus problemas de salud –se recupera de una intervención cardiaca-, provocó que cancelara su viaje a Londres. La propia Meghan confirmó su ausencia a través de un comunicado. “Lamentablemente, mi padre no estará en nuestra boda. Siempre me he preocupado por él y espero que pueda tener el espacio que necesita para centrarse en su salud. Me gustaría también dar las gracias a aquellos que nos han enviado generosos mensajes de apoyo. Por favor, sabed cuántas ganas tenemos Harry y yo de compartir con vosotros este día tan especial para nosotros”.
¿Quién es quién en la familia de Meghan Markle?
¿Qué hará la familia de Meghan Markle el día de la boda?
No tendrá dama de honor, Meghan no se veía capaz de seleccionar a una sola amiga de entre su círculo más cercano para otorgarle este papel. Es con su futuro suegro, con quien llegó hasta donde la esperaba su amor, el príncipe Harry, bien acompañado por su bestman, su hermano Guillermo. Esta no es la primera vez que Carlos de Inglaterra asume este papel, ya lo hizo en la boda de Alexandra Knatchbull y Thomas Hooper, que se celebró en junio de 2016. La bisnieta de Lord Louis Moutbatten recurrió al príncipe de Gales para que la acompañara al altar debido a la relación tan cercana que mantenían sus familias desde que era niña. De hecho, Alexandra siempre le consideró como a un padre.
La gran boda real da comienzo después de que, esta misma mañana, se anunciaran los títulos que la Reina ha otorgado a la pareja. Los títulos del príncipe Harry serán Duque de Sussex, Conde de Dumbarton y Baron de Kilkeel, mientras que Meghan, tras su matrimonio, se convertirá en Su Alteza Real la Duquesa de Sussex. Este es un día que la pareja guardará seguro para siempre en el corazón. Meghan y su madre hicieron el recorrido por The Long Walk, el camino de cinco kilómetros que atraviesa Windsor Great Park, desde el monumento a caballo de Jorge III, conocido como The Copper Horse, hasta la puerta de Jorge IV que protege el Castillo de Windsor, en medio del calor de los cientos de personas que han llegado de distintos puntos de Inglaterra para arropar a los novios reales.
La gente se agolpaba desde primerísima hora de la mañana en los terrenos de Windsor, donde se ha organizado una auténtica fiesta. Desde los jardines de la propiedad unos 1.200 invitados anónimos podrán ser testigos de excepción de este enlace, una deferencia especial que han querido tener los novios con aquellos que “han demostrado un liderazgo fuerte y que han servido a sus comunidades”. Doscientos voluntarios de distintas organizaciones, 100 alumnos de escuelas locales, 610 miembros de la comunidad del Castillo de Windsor y residentes del mismo y los miembros de la comunidad de la Capilla de San Jorge, forman este grupo. Los vítores y aplausos compusieron la banda sonora más especial y la que logró emocionar hasta el extremo a una ya encantada Meghan. La cara es espejo del alma y en su día esta afirmación se cumple más que nunca.