Era uno de los lugares favoritos del primer presidente de la Democracia, Adolfo Suárez. Las islas Baleares siempre fueron un refugio para la familia del político abulense, que encontró en Mallorca la paz que buscaba en los meses de verano. Allí, fue precisamente donde recibió la noticia de que presidiría el Gobierno y allí adquirió, tras dejar la política, una exclusiva residencia en la que disfrutó del descanso estival hasta el empeoramiento de su esposa, Amparo Illana, en el año 2000. Fue entonces cuando decidió vender el inmueble.
Ahora, la vivienda, ubicada en la prestigiosa urbanización de Son Vida, acaba de salir de nuevo a la venta y lo ha hecho por un precio de trece millones de euros.
Fotografía de Engel & Völkers