En medio de una gran expectación y entre aplausos. La llegada triunfal de Isabel Pantoja al restaurante El Traga, situado en Sevilla y escenario de la celebración posterior al bautizo de Carlota, la hija pequeña de Kiko Rivera e Irene Rosales, ha causado gran revuelo y sorpresa entre los curiosos y los medios de comunicación que compartirán espacio a las puertas del local. En un principio, las informaciones apuntaban a que la tonadillera aguardaba en el interior del establecimiento a que llegara su hijo junto con el resto de invitados al bautizo. Su sobrina Anabel Pantoja así lo había confirmado en conversación con el programa de televisión Socialité. "Se va a hacer como con Ana. Aquella vez no acudió a la iglesia, pero no porque hubiera ningún problema. Mi tía está en el restaurante esperándonos y nosotros ya vamos para el convite", aseguraba poco antes.
Así ha sido el bautizo de Carlota, la hija de Kiko e Irene
Sin embargo, cuando nadie la esperaba al dar por hecho que se encontraba dentro del restaurante, un coche paraba frente a la puerta. De él salía la radiante y orgullosa cantante, cubierta con un chal satinado en tonos pastel que ocultaba su vestido y luciendo su ya tradicional cola de caballo. Fueron solo unos segundos y, dada la repentina y veloz llegada de Isabel Pantoja, la prensa apostada en la calle apenas tuvo tiempo de captar imágenes del momento en el que accede al local entre el despliegue de flashes y de seguridad. Será la próxima semana cuando se muestren todas las fotografías de la especial celebración en la revista ¡HOLA!, incluidas las de la tonadillera en su papel de flamante abuela de Carlota, que el próximo 30 de abril cumplirá tres meses de vida.
En esta ocasión, la madre de Kiko Rivera ha actuado del mismo modo que durante el bautizo de su otra nieta, Ana, celebrado hace dos años en la iglesia sevillana de Santa Ana, en el barrio de Triana. En aquel momento, Isabel Pantoja decidió mantenerse en un segundo plano y no acudir a la ceremonia religiosa, pero sí lo hizo al almuerzo posterior que se llevó a cabo en la Hacienda Santa María, una finca de estilo andaluz situada en la localidad de Villanueva del Arisca. La artista quiso así permanecer al margen pero, como ha ocurrido ahora, no pudo evitar convertirse en una de las protagonistas de aquel día. Como curiosidad, en ambos eventos Carlota y Ana lucieron el mismo faldón de cristianar, que fue un regalo de la orgullosa abuela.
Aunque la ceremonia religiosa ha sido de lo más íntima y familiar y sólo los más allegados han presenciado el momento en el que Carlota recibía las aguas bautismales, el convite posterior ha reunido a muchos más invitados, algunos de ellos amigos de la propia Isabel Pantoja, como los colaboradores Luis Rollán y Raquel Bollo, quienes muy sonrientes han posado para los medios de comunicación citados en El Traga. Por su parte, las ausencias más destacadas las han protagonizado los hermanos Francisco y Cayetano, quienes no han podido acudir al bautizo de su sobrina pequeña.