No ha pasado ni una semana de concurso y las redes sociales ya se llenan de mensajes hablando del programa. ¡Es lo que tiene estar en el siglo XXI! Fama ¡A bailar! se ha convertido en lo más comentado, alabando la calidad de los bailarines, el ritmo de las canciones y las coreografías, que demuestran lo mucho que ha evolucionado la danza en estos años (han pasado diez desde el primer Fama). Sin embargo, no ha arrancado con buen pie en algunas cosas, al menos eso es lo que piensan algunos espectadores, que han manifestado sus quejas sobre lo que están viendo. El programa, que emite una gala diaria (excepto viernes y sábado), tiene un canal 24 horas en el que se puede seguir la rutina de los alumnos y los primeros días fue precisamente este el foco de la polémica. En los comentarios, algunos usuarios echaban de menos tener planos diferentes de los aspirantes y criticaban que la cámara enfocara una imagen parcialmente oculta por una columna o a los bailarines de espaldas.
En esta nueva edición del concurso se recuperan algunas de las mecánicas que hicieron famoso el talent: los programas diarios, los bailes en pareja, las nominaciones... pero inicialmente no aparecían otras como las clases de diferentes estilos. Se echaban de menos, pero un par de días tras el arranque se incluyeron en el horario, combinándolas con los ensayos individuales y con master classes de profesores invitados. La organización siempre escucha los deseos de los espectadores y si puede los convierte en realidad.
Otro de los puntos de crítica ha sido el sistema de votación para salvar a los nominados. El día en que se propusieron los cuatro nombres, Belén, Dani, Ester y Pablo (casualmente estos últimos habían luchado por la inmunidad en la gala anterior), muchos espectadores tuvieron problemas para manifestar su opinión a través de la aplicación del programa y a sus responsables no les quedó más remedio que responder. “Por el gran número de votaciones en nuestra aplicación oficial estamos teniendo algunas dificultades técnicas”, lo que resolvieron al día siguiente habilitando más opciones de votación. ¿Lograrán estos pequeños imprevistos empañar el éxito del talent? Entre sus platos fuertes se cuentan la formación de sus aspirantes, las coreografías modernas y llenas de ritmo, un escenario urbano y original y la emoción que se desborda entre los ya amigos -de hecho en el último programa Adrián no pudo evitar el llanto-. Además el tema que han escogido como sintonía, Un jardín de Delaporte, se ha convertido en un éxito de ventas.
Quienes se han enganchado, gran parte parece que han sido seguidores de OT por sus mensajes, echan de menos el formato de TVE y es que este supuso un auténtico éxito de audiencia. La naturalidad de sus aspirantes y el amor entre Amaia y Alfred aún permanecen en la memoria de los que pasaron tres meses y medio pegados a la pantalla. ¿Conseguirán los bailarines llegar a encandilar como lo hicieron sus compañeros intérpretes? El tiempo dirá...