Según ha podido saber la revista ¡HOLA! por sus cercanos, David Summers está triste, atónito e indignado (a partes iguales). Triste, por la situación personal que supone pasar por un divorcio -este pone fin a veintiséis años de unión con Marta Madruga-; atónito, porque no puede creer que, después de una vida dedicada a la música, ahora sea noticia por su vida personal, e indignado, por historias apócrifas, ahora contadas, que nada tienen que ver con la realidad. Sin embargo, fiel a sí mismo, no quiere entrar en consideraciones, y puestos en contacto telefónico con el líder de Hombres G, tan solo hace una aclaración: "Es verdad que me he separado. Es una situación muy triste que viene de lejos, de un deterioro de cuatro años atrás", asegura a la revista de esta semana, que está a la venta ya en tu quiosco habitual.
El cantante, continúa: "La decisión la tomamos hace un año y por eso no es cierto que hubiera terceras personas, como se está diciendo. A Christine la conocí más tarde y nada ha tenido que ver con nuestra decisión de divorciarnos". Y silencio. David no quiere seguir hablando porque respeta mucho su vida privada y la de su ahora exmujer, y no quiere que eso cambie... Quiere que se hable de él por su música y ya.
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Según cuentan sus cercanos a ¡HOLA!, la música se convirtió en su tabla de salvación, en su refugio ante una situación muy difícil de la que no viene al caso entrar en detalles. Su matrimonio se deterioró y, aunque hacía casi cinco años que la relación era prácticamente insalvable, el cantante no quería abrir los ojos a la realidad. Según los mismos testimonios, estaba perdido, desorientado, trabajando a destajo para mantener la cabeza ocupada, sin saber muy bien qué hacer con su vida... hasta que, por fin, tras muchos meses de sufrimientos, llegó el desenlace. Luego, más tarde, conoció a Christine, que le devolvió la fuerza y la ilusión, que le descubrió que otra vida aún era posible... Pero lejos de ser la causa, fue la consecuencia. Es decir, en los motivos de su separación no hubo terceras personas.
Christine es una profesora de inglés, de treinta y siete años -no veinticinco, como se ha publicado-, con la que lleva unos meses saliendo; por lo tanto, también es imposible, como se ha dicho, que estuviera en un concierto de Hombres G, en Nueva York, en 2016 (por aquel entonces ni se conocían), ni que haya sido profesora de inglés de los hijos mellizos de David. La verdad sobre la separación de David Summers la encontrarás en las páginas de la revista ¡HOLA! de esta semana, que está a la venta ya en tu quiosco.