Mientras estaban en la academia de Operación Triunfo, los concursantes enviaban el contenido a alguien que manejaba su cuenta de Instagram, pero una vez eran expulsados y, para los finalistas, una vez acabado el programa, han tenido que enfrentarse a las redes sociales personalmente, en muchos casos sin experiencia. Parece mentira pero Aitana y Amaia, dos de las benjaminas de la edición y, curiosamente, las más seguidas, han sido de las que más problemas han tenido para adaptarse a plataformas como Twitter. ¡Los millennials también tienen que adaptarse a los cambios constantes de las nuevas formas de comunicación!
La primera en dejar claro que no era una millennial normal fue Amaia, que ni siquiera durante la duración del concurso mantenía activa su cuenta de Instagram. Perdía el móvil constantemente y aparecía en los stories de sus compañeros pidiendo perdón a sus seguidores, sin saber siquiera el número de gente que le daba al botón de follow en su cuenta. Hasta el día de hoy, la navarra solo tiene cuatro publicaciones en su perfil, de las cuales la primera es la de presentación que hizo el propio programa cuando dio el pistoletazo de salida en octubre. En la última semana, a pesar de que el resto de finalistas han compartido fotos y vídeos agradeciendo el cariño recibido, Amaia solo ha estado en sus stories y sus miles de fans han tenido que conformarse con- sobre todo- largos directos en los que enviaba saludos a los espectadores (alcanzando cifras astronómicas) y contestaba a sus preguntas.
Durante estas conexiones, con su característica ingenuidad, ha regalado algunos momentazos a todo el que estaba viendo. Por ejemplo, cuando mostró la vista desde su ventana porque estaba nevando, olvidando por un segundo que ya no es una persona anónima y que tiene más de 500 mil seguidores en Instagram. "¡No muestres dónde vives!", le dijo alguien en los comentarios. Su cara de verdadero susto- "Dios mío me van a matar mis padres", decía- hizo que algunos de los que lo presenciaban quisieran calmarla, pero ella se consolaba a sí misma con frases como "seguro que no pasa nada". Momentos después intentaba resolver la situación con humor y probando a disimular: "Yo no vivo aquí, eh, esta es la casa de un amigo".
No es su único momento simpático en sus directos, en otra ocasión sus miles de espectadores intentaron convencerla de que había una sombra detrás de ella. La cantante, entre la duda y el miedo, les pedía que pararan. En otra ocasión, llegó a recibir una pequeña reprimenda de su madre porque no había acabado la maleta para volver a Barcelona antes de empezar la conexión con sus seguidores. En una de las últimas veces, Amaia estaba hablando del momento en el Alfred había conocido a Massiel, cuando se le escapó un "Ahora está cenando con Lei…" Inmediatamente se calló, con rostro de preocupación, y cambió de tema radicalmente, pero sus seguidores ya especulaban sobre si el catalán se había reunido con Leiva para hacer una colaboración musical.
En Twitter, las dos concursantes de OT tienen otra batalla a la que se enfrentan de manera más tranquila. Fueron sus compañeros los que tuvieron que insistir- junto con sus miles de seguidores- para que Amaia y Aitana entraran en sus respectivas cuentas de esta red social de microblogging. Ninguna de las dos sabía cómo utilizarla y así lo aclararon en sus primeras publicaciones. "Tenía Twitter antes pero era para hacerme la guay, realmente tampoco sabía utilizarlo, no estaba al día con las cosas", decía la catalana en uno de sus primeros tuits, en los que pedía ayuda a sus seguidores para aprender todas las funcionalidades.
En cambio, ambas parecen estar adaptándose perfectamente a los timelines, mensajes directos, hashtags y etiquetas, ¡incluso a los memes! Aitana, igual que Ana, Roi o Cepeda, se ha aficionado a usar incluso los gifs que los usuarios han creado ya con algunas de sus expresiones más divertidas. "Me voy a hacer adicta", aseguraba la intérprete, mientras que la ganadora del programa tuiteaba: "¡Esto es como un confesionario!", haciendo las delicias de sus seguidores.
Y es que Twitter ha sido uno de los barcos insignia del éxito de OT en la edición de este año. Consiguiendo trending topics de manera casi diaria con el directo de YouTube- incluso una vez, aunque este ya había finalizado, se quedaron para ver un beso entre Amaia y Alfred- y donde Tinet Rubira, director del programa, ha escogido comunicar muchos de los datos más importantes del concurso. En esta red social han tenido contacto personalizado, los jueces, el presentador, los profesores y él mismo con los seguidores, acercando la experiencia a los casi cuatro millones de espectadores que siguieron la gala final el pasado lunes.