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Un código de vestimenta 'total black', galardones muy repartidos, discursos reivindicativos y apariciones inesperadas. Estos son algunos de los ingredientes por los que la 75ª edición de lo Globos de Oro pasará a la historia. Una ceremonia que, además de estar marcada por el apoyo de las estrellas de Hollywood al movimiento #MeToo y la campaña #TimesUp, como protesta al acoso sexual en la meca del cine, regaló a los espectadores otras anécdotas difíciles de olvidar.
Uno de los grandes momentos que pasó desapercibido por muchos durante la velada tuvo a dos conocidos rostros femeninos como protagonistas: Meryl Streep y Mariah Carey.
La cantante de All I Want For Christmas Is You confesó en su cuenta de Twitter que le robó el asiento a la icónica intérprete, nominada a mejor actriz por su trabajo en The Post. "Me entretuve hablando con los invitados de regreso del baño tras el descanso... Y tuve que sentarme en el primer hueco que vi libre, que resultó ser al lado de Steven Spielberg. Nada más comenzar el siguiente descanso para los anuncios, adivinen quién estaba ocupando ese asiento...", escribió Carey en el primero de los 'tuits' publicados en la plataforma social. "Querida Meryl, por favor perdóname. ¡Tienes permiso para quitarme el sitio siempre que quieras!", acabó revelando la diva del pop.
Un divertido incidente por el que, como era de esperar, la actriz fue preguntada el pasado lunes como estrella invitada al programa Jimmy Kimmel Live!. Cuestiones que Meryl Streep contestó con todo el sentido del humor que le caracteriza. "La perra me robó mi asiento", señaló la oscarizada intérprete al presentador Jimmy Kimmel. La artista estadounidense explicó detalladamente su versión de los hechos y cuál fue su reacción cuando regresó dispuesta a ocupar su privilegiado asiento y, contra todo pronóstico, se encontró a la estrella de Hero "adulando" al director Steven Spielberg. "No, quédate ahí. Me sentaré en tu regazo", le respondió Meryl, encogiéndose de hombros, que añadió en tono jocoso, "es muy cómodo".
Así, sin ninguna mala intención, Mariah Carey acabó ocupando el sitio de Meryl Streep, uno de los lugares más privilegiados de la 75ª edición de los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, quien, además de Spielberg, compartía mesa con Tom Hanks, su esposa Rita Wilson y Kate Capshaw.
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