Después de haber vivido un momento sin precedentes el pasado domingo con los Globo de Oro y el éxito de la convocatoria de Time's Up, que proponía a las actrices y demás invitados de la gala de premios llevar negro en contra de los abusos contra las mujeres en el marco laboral, ahora llega la vertiente opuesta. Un grupo de 100 mujeres del mundo de la cultura francesa ha decidido tomar partido en este debate a nivel mundial a través de una carta publicada en el diario Le Monde, entre ellas celebridades del nivel de Catherine Deneuve, que encabeza el movimiento en el que participan también la escritora Catherine Millet o la cantante Ingrid Caven.
"La seducción insistente o torpe no es un delito, tampoco la galantería es una agresión machista", comienza el texto, en el que se señala que "a partir del caso Weinstein ha tenido lugar una toma de conciencia legítima de la violencia ejercida sobre las mujeres, sobre todo en el ámbito profesional, donde ciertos hombres abusan de su poder. Esta concienciación es necesaria". A pesar de que Francia ha prestado especial atención a esta "revolución" buscando una manera de erradicar el acoso laboral machista, estas 100 mujeres consideran que este movimiento ha ido demasiado lejos. "#MeToo ha supuesto una campaña de acusaciones públicas a individuos en la prensa y las redes sociales, dejándoles sin opción de responder o defenderse, y han sido tachados como agresores", explica la carta.
Quieren dejar claro, de todas maneras, que este contramovimiento no busca el final de este "despertar" que ha tenido lugar en Hollywood y, por lo consiguiente, en el mundo entero, sino que consideran peligroso el camino que se ha elegido ante la posibilidad de que las mujeres no consigan salir de la etiqueta de "eternas víctimas".
Pero además de causar controversia a nivel mundial, estas declaraciones por parte de las representantes culturales del país galo también han llamado la atención en su país, donde no faltan las respuestas al texto. En francetvinfo una treintena de mujeres del mundo de la política o el periodismo alegan que esta visión desprecia a las víctimas: "Cada vez que avanzamos en pos de la igualdad, aunque sea medio milímetro, las almas caritativas nos alertan inmediatamente de que podemos caer en el exceso", explican concretando las alarmantes cifras, "en Francia cada día hay centenares de miles de mujeres que son víctimas del acoso. Decenas de miles de agresiones". Por su parte, la exministra de Ecología de Francia, Ségolène Royal, ha lamentado que la actriz Catherine Deneuve haya participado en esta carta en Le Monde, puesto que "las víctimas ya están machacadas por el miedo a hablar, por la ley del silencio".
Este debate, que tan necesario es y que seguirá existiendo a medida que salen más y más casos de acoso a personajes conocidos, ha copado titulares y portadas del mundo entero. Y todo surgió a partir de las redes sociales, con el hashtag "Me Too" (yo también), creado por Alyssa Milano, actriz de Embrujadas, para apoyar a Rose McGowan, compañera de esa misma serie y la primera mujer en denunciar abiertamente los abusos del productor cinematográfico Harvey Weinstein.