La familia de Carmen Franco, fallecida el pasado 29 de diciembre a los 91 años, le rendirá un último homenaje este jueves, 11 de enero, a las 20:00 horas con un funeral que se celebrará en la Iglesia Parroquial de San Francisco de Borja (Jesuitas) de Madrid. Así lo ha confirmado su nieto, Luis Alfonso de Borbón, que ha publicado la esquela de su abuela en su perfil de las redes sociales. Fue precisamente el duque de Anjou el que confirmaba, por la misma vía y con un emotivo mensaje, la muerte de Carmen Franco, con la que tenía una relación muy cercana y a la que consideraba como una segunda madre, y es que con ella vivió entre los 14 y los 29 años.
Desde este otoño la salud de la única hija de Francisco Franco y Carmen Polo se había resentido. Fue ella misma la que revelaba que padecía una enfermedad incurable: un cáncer terminal que le fue detectado tras ir al médico por encontrarse algo más fatigada de lo habitual al regreso de uno de sus viajes. "Lo que tengo es un cáncer terminal. Todo ha sido este verano, he estado 15 días de médicos y dicen que debe ser de hace tiempo, pero bueno lo he asumido y no pasa nada. No tengo tratamiento", explicaba a La Otra Crónica (LOC) con gran entereza y valentía.
Han sido unas Navidades especialmente difíciles para su familia que no se ha separado de ella hasta el final. Sus hijos y nietos acudieron a su domicilio de la calle Hermanos Bécquer del centro de Madrid ante la gravedad en su estado de salud. Hasta allí se trasladaron su hija mayor Carmen Martínez-Bordíu y su nuera Margarita Vargas, también muy unida a la abuela de su marido. "La quiero muchísimo, la he admirado siempre. Le doy gracias a Dios por haber podido disfrutar de ella durante estos trece años de matrimonio. Es una persona maravillosa", decía a finales de noviembre en El Rastrillo, visiblemente afectada. Cynthia Rossi, que actualmente vive en Francia, también viajó hasta Madrid para despedirla, al igual que Mariola Martínez- Bordíu, la segunda de los siete hijos que tuvo con el marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez-Bordíu.
Un día antes del fallecimiento la duquesa de Franco recibía la extremaunción. Lejos de dramatismos siempre miró a la muerte cara a cara. "Aquí estoy, dispuesta a recibir aquello que venga, sin lágrimas, no tengo miedo a nada ni tan siquiera a la muerte, la he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente", le contaba a Nieves Herrero en sus memorias: Carmen. El testimonio novelado de la hija de Franco. Una mujer testigo de la historia. Finalmente la enfermedad ganó la batalla y Carmen Franco moría el 29 de diciembre. Sus restos eran llevados al tanatorio Sur de Madrid donde además de sus familiares, muchos amigos, entre ellos, rostros conocidos, quisieron despedirla. Hasta allí se acercaron sus hijos y nietos, Pocholo Martínez-Bordiú, hijo de los barones de Gotor y sobrino del marqués de Villaverde. También Paloma Cuevas, con su padre Victoriano Valencia, Paloma Segrelles, Antonio Tejero, Fabiola Toledo, Isabel Preysler, Beatriz de Orleans, Nuria Marcha o Luis Miguel Rodríguez, expareja de Carmen Martínez- Bordíu, quisieron dar el pésame a sus allegados en la capilla ardiente.
- Fallece Carmen Franco a los 91 años
- La emotiva despedida de Luis Alfonso de Borbón a su abuela
- Los restos mortales de Carmen Franco ya descansan en la cripta familiar de La Almudena
Al día siguiente se produjo la incineración de Carmen Franco en el tanatorio, donde se vio a Luis Alfonso y a Margarita Vargas -muy afectados y de riguroso negro- despedirse de ella en un acto en el que acudieron sus seres queridos. Finalmente sus cenizas recibían sepultura el último día de 2017 en la cripta familiar que la familia Martínez-Bordiú tiene en La Almudena, junto a las de su marido que falleció en 1998 tras casi 40 años de matrimonio.
Nacida el 14 de septiembre de 1926 fue bautizada como María del Carmen Ramona Felipa de la Cruz, aunque solían llamarla cariñosamente Nenuca, Carmelilla, Carmencita, Cotota y Morita. Se formó con una monja teresiana que fue su tutora. No salió del Palacio de El Pardo hasta que se casó con Cristóbal Martínez- Bordíu, marqués de Villaverde y médico de profesión con el que tuvo siete hijos: Carmen, Mariola, Francis, Merry, Cristóbal, Arantxa y Jaime. Ya en su madurez disfrutó de las alegrías, en forma de bodas, bautizos y comuniones, que le dieron sus hijos y nietos y se convirtió en una gran viajera.