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A pesar de que Carmen Franco reveló el pasado mes de noviembre que sufría un cáncer terminal, nadie en la familia Franco esperaba finalizar el año con su ausencia. Este duro palo a escasos días de que finalice el 2017 ha apenado especialmente a su nieto, Luis Alfonso de Borbón, que mantenía una estrecha relación con su abuela, con la que convivió desde los catorce hasta los 29 años.
Fue en 1989 cuando, tras la muerte de su padre, el hijo de Carmen Martínez Bordíu se quedaba junto a sus abuelos en lugar de seguir los pasos de su madre, que vivía en París junto a su marido Jean-Marie Rossi. Para Carmen Franco, tener a su nieto en casa siempre supuso un motivo de felicidad después de cinco años de malas noticias. Cabe recordar que, Francisco de Borbón y Martínez-Bordiú, hermano de Luis Alfonso, fallecía en 1984 en un accidente de tráfico a los 11 años de edad.
A partir de ese momento, abuela y nieto tuvieron un vínculo casi maternal, pues Luis Alfonso nunca dio problemas. Era un joven que no bebía, no fumaba, apenas salía y, cuando lo hacía, regresaba pronto a casa. Amante de los deportes, el hijo de Carmen Martínez Bordiú incluso consiguió que su abuela se aficionase al fútbol y viese con él los partidos del Real Madrid. Tal y como cuenta Nieves Herrero en su libro Carmen, a la hija de Franco "le encantaba convivir con sus nietos. Consideraba que le daban vida y le conectaban con otras realidades".
Tras el fallecimiento de Cristóbal Martínez Bordíu, marido de Carmen Franco, en 1998, ambos se quedaron solos en su céntrico domicilio. Junto a ellla estaría Luis Alfonso, que hasta los 29 años- momento en el que se dió el 'sí, quiero' con Margarita Vargas- no abandonó la casa de su abuela.
Precisamente su matrimonio con la venezolana colmó de felicidad a Carmen que en noviembre de 2004 vería a su querido nieto ante el altar. Unos meses antes era el rey Felipe VI y Letizia quienes contraían matrimonio, una boda a la que fueron invitados abuela y nieto y a la que asistieron juntos. Carmen, que ese día estaba radiante con un traje color champán y tocado color melocontón, fue al histórico enlace celebrado en la catedral de la Almudena del brazo de su nieto.
El 6 de noviembre Luis Alfonso y Margarita se casaron en República Dominicana ante 1570 invitados. Margarita lució para esa gran ocasión una espectacular diadema de varias hileras de brillantes y perlas cedida por Carmen Franco. La misma que ella lució en su boda con Cristóbal el 10 de abril de 1950. Ese gesto era una prueba más de la gran relación que había surgido entre ella y la mujer de su nieto. Algo que se ha mantenido hasta sus últimos días, pues los tres hijos de Margarita y Alfonso- Eugenia, Luis y Alfonso- han sido otra alegría más en su vida.
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